Fairlady
Well-known member
No me sale la opción de Spoiler, por tanto lo dejo "a pelo", si no os viene a mal.Se basa en dar la razón a la mano que le da de comer.
Una familia que sigue siendo incapaz de asumir que nadie fue capaz de hallar a la desaparecida durante tres semanas pese a todo el empeño que pusieron, aunque estuvo prácticamente la vista de cualquiera que pasara por allí y prestase algo de atención.
El concepto se llama la segunda herida.
Ante una realidad inasumible desde el punto de vista moral uno puede verse forzado a adoptar una creencia imposible que le pueda servir de consuelo.
En esto el padre de Miriam, una de las víctimas de Alcasser, siempre fue un maestro.
Cuando recientemente apareció un fragmento de hueso de la mano de su hija en la fosa de La Romana (digamos a modo de resumen que en 1993 la inspección ocular se hizo de noche a la luz de lis focos de las cámaras de TV y se dejaron una docena de pequeños huesos de las tres niñas), Fernando García declaró que quien la mató realmente se lo había guardado en un cajón, a modo de trofeo, durante más de veinte años y que los colocó allí para seguir riéndose de todos.
Claro este este pobre hombre nunca puedo asumir que dos pringaos como Anglés y Ricart abusaron, torturaron y asesinaron a su hija simplemente porque les apetecía y podían.
Los padres de las otras dos niñas asesinadas fueron más sensatos, se tragaron su dolor y no dieron pábulo a ridiculas teorías de la conspiración sin fundamento alguno.
Estoy de acuerdo. El padre de Miriam perdió la cabeza. Ha de ser difícil aceptar que dos pringaos han hecho esa monstruosidad a tu hija. Y ahí estaba el periodista con hambre de éxito y pocos escrúpulos para ayudarle a reafirmar su creencia de que a su hija la mataron "seres" de las altas esferas.
Es una forma de dignificar a su hija, alejarla de la vulgaridad y la mediocridad de dos mindundis desalmados. La mente, ante tal atrocidad que se escapa a ningún tipo de razón, juega malas pasadas y distorsiona la realidad para anestesiar el dolor.
Muy recomendable los podcast sobre este caso de El Centinela del Misterio, por cierto.