K
Komorebi
Invitado
Cualquiera que haya leído a Inés y haya visto la imagen de la pequeña en la tumba de su tía fallecida, cuanto menos muestra algo de empatía por sufrimiento. “La vida que llevaba” no tiene nada que ver con el caso de una mujer de 34 años de la que aún no sabemos la verdad sobre su muerte criminal. Su hermana tiene derecho a expresar su dolor, a pedir justicia y hasta se debe comprender que crea al Equipo de Investigación cuando le señalan a un culpable.¿por qué la familia no se preocupó por la vida que llevaba? ¿o acaso sí lo hacía pero lógicamente ahora no lo dice?
de pobre inés nada. ser hermana de una chica que ha aparecido muerta no le da derecho a acusar a la gente gratuitamente.
Inés no se inventa nada, es el enlace de la investigación el que apunta al sospechoso como autor. Es a la investigación a quien se debe señalar aquí, no a la víctima. Si la vida de Esther antes de morir con indicios de criminalidad (por no decir asesinada) fuera relevante para dilucidar la verdad, tendría hasta sentido comentarla, pero no es el caso y este no es el punto de interés.
Hay muchos datos que analizar, conclusiones que poner en duda y demasiados reproches que hacer a esta investigación, antes de señalar a una persona fallecida o a su familia, que casi dos años después sigue sin ver cómo se hace justicia. Se ha truncado la vida de una familia entera.
Inés lo dice claramente y probablemente sea la verdad más profunda que haya dicho en este tiempo: El dolor cambia a las personas.