Hoy, 87 meses después de la desaparición, la familia de Francis -como la llaman cariñosamente- está convencida de que en esas tres personas, las últimas que vieron a la mujer aquella noche, está la clave para encontrarla: "Nosotros no decimos que sean los culpables, pero está claro que alguien le hizo algo a mi madre y que ellos son los únicos que tienen la información más relevante, la de esos últimos minutos", señala José Antonio Meneses, el menor de los hijos de Francisca.