Una de las cosas que más me ha llamado la atención a lo largo de este tiempo siguiendo el caso de Esther, es la falta de espíritu crítico de las personas. En todo momento, se va con lo que la investigación dice, como si tuvieran la verdad absoluta de las cosas. Cuando los forenses dejaron claro que el cuerpo había estado ahí desde el principio, en los foros se seguía manteniendo lo contrario porque la investigación así lo pensaba. Afirmar tal cosa en esos momentos era tenerlos bien puestos porque había verdaderas fieras que se tiraban al cuello. Otras fieras te decían que no tenías ni idea de animales salvajes, que los perros de la UCO no alertaron o que el día anterior a la aparición del cuerpo los perros de la zona ladraron de una forma extraña e inusual. Las piedras en la ropa que no eran de la zona... todo absolutamente estaba a favor de un traslado muy posterior, días antes de la aparición del cuerpo. Además, por ahí pasaban todos los días los del pueblo paseando y se hubiera visto, ya que estaba a la vista.
Ahora la investigación admite que el cuerpo estuvo ahí desde el principio y, ¿ qué hacen todas esas fieras que antes se tiraban al cuello en defensa de lo evidente? Pues nada, que estuvo ahi desde el primer día.
Otros, decían que desde el Tello, todo era mentira. La implicación de Carolo era muy clara porque si no, no encajaba nada, no había relato posible. Todo sucedió antes. Qué hacen ahora cuando el relato dice que pasó en el Romeral? Nada, todo pasó en Romeral.
La falta de espíritu crítico es alarmante y la borregada continúa su camino implacable hacia no se sabe dónde. Hacia donde les digan, supongo. Ahora dicen que lo hizo solo pero si mañana la investigación dice que fueron tres, qué dirían? Pues que fueron tres.