Según la investigación, el detonante de esa visita apresurada en la que Óscar puso el móvil en modo avión fue que, al igual que el día anterior, su padre iba a pasar buena parte de la tarde en el chalet y él lo sabía.
No considero descartable que esa mañana, al echársele el tiempo encima, él tuviera que dejarla encerrada, muerta o moribunda, dentro del garage del chalet. Luego la trasladaría a mediodía, descargándola lejos de miradas indiscretas directamente dentro de una de las naves del polígono en la que previamente pudo ocultar el móvil de ella al amanecer.
Habría que buscar otro detonante para que considerase necesario realizar un traslado final a la cuneta, pero con esa secuencia de hechos cobraría sentido el paso por Gas Express para lavar el coche, justo después de volver de su penúltimo viaje de incógnito.