Óscar, el único investigado y principal sospechoso en la desaparición y muerte de la mujer de Traspinedo, vuelve a verse las caras con la jueza este viernes, 15 de diciembre
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Ha tenido un mes para preparar su estrategia de defensa, desde que recibiera, el día de su cumpleaños, el
informe final de 400 folios de la Guardia Civil cuyas conclusiones le atribuyen el homicidio. El segundo interrogatorio en sede judicial a Óscar S. M., que se producirá este próximo viernes 15 de diciembre, será decisivo para que la magistrada instructora determine cuál va a ser el futuro inmediato del único investigado por la desaparición y muerte de Esther López de la Rosa, de 35 años, ocurrida en Traspinedo el 13 de enero de 2022. Depende de lo que diga o no diga -puede acogerse a su derecho a no declarar, responder solo a las preguntas de su letrada o también las de las acusaciones e, incluso, confesar y declararse culpable de atropello no intencionado-, Soledad Ortega puede ordenar, nada más terminar la comparecencia, su detención y traslado a la prisión de Villanubla. O, por el contrario, dejarle en libertad como hasta ahora, pues nunca ha sido detenido a pesar de estar desde el principio en el punto de mira de los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO).
Antes de dictar su providencia en uno u otro sentido, la magistrada oirá a las acusaciones y la defensa. Especial peso tendrá la posición que sostenga el ministerio público y síntoma de ello es que será la propia fiscal jefe de Valladolid, Soledad Martín, quien asista al interrogatorio en lugar del fiscal del caso, cuyo nombramiento para ocupar una vacante en la Fiscalía de Palencia ha sido publicado en el BOE de noviembre pasado. El fiscal Luis Delgado Nevares -que se hizo cargo del asunto desde que se judicializó el 19 de enero, dos días después de que el señor Miguel denunciara en el cuartel de la Guardia Civil de Tudela que había desaparecido su hija- fue el autor de la frase «no hay relato», tras el primer interrogatorio a Óscar S. Y la jueza estuvo de acuerdo. Tanto, que la instructora le dejó en libertad, pero también autorizó todas y cada una de las diligencias solicitadas en estos dos años por la UCO. La última, un segundo informe del Equipo de Investigaciones de Accidentes de Tráfico (
ERAT) para intentar demostrar que el lugar del atropello fue la calle Dos de la urbanización El Romeral, a pocos metros del chalé familiar del investigado.
Porque es a la Fiscalía a quien corresponde avalar ese «relato» de la Guardia Civil: el de que se ha recopilado indicios biológicos, científicos y tecnológicos suficientes que probarían que Óscar S. M. cometió el homicidio Esther López. Pero la posición del ministerio público no tiene por qué coincidir con la de la acusación particular, la de
la familia, para quien el informe de la UCO es la biblia y corroboraría su convencimiento de que el investigado asesinó a la joven en un »arrebato en caliente«, tras una discusión, utilizando para ello el coche como arma. Tras el atropello, la habría escondido aún con vida y la tuvo oculta hasta que falleció y trasladó el cuerpo a la curva de la carretera a Traspinedo donde fue localizado el 5 de febrero, 23 días después de la desaparición.
En este segundo interrogatorio, en el que el informe final de la Guardia Civil servirá de guía a las acusaciones, se le repreguntará a Óscar S. M. sobre las muchas cuestiones sobre las que afirmó «no tener explicación» durante su declaración del lunes 25 de abril de 2022 en el Juzgado de Instrucción 5 de Valladolid. Esta se produjo pocos días después de la inspección ocular y un meticuloso registro de la Guardia Civil llevado a cabo tanto en el chalé familiar en la urbanización El Romeral como de su Volkswagen T-Roc.
Aquel día, con un tono de voz tranquilo, incluso cuando respondió a las preguntas del abogado de la familia de Esther, Óscar S., reiteró la versión que siempre ha defendido desde su primer interrogatorio como testigo en el cuartel de la Guardia Civil en Tudela: que llegó a su chalé sobre las tres menos cuarto de la madrugada y solo. Que entró con el coche, dejó la llave puesta, se fumó un cigarrillo y después se fue a dormir. Pero no fue capaz de explicar porqué su móvil y el de su amiga, así como el bluetooth de su coche los sitúan entre las tres y media y las seis y media de la mañana a menos de 45 metros de su domicilio y no en el cruce de la vía de acceso a la urbanización donde sostiene que la vecina de Traspinedo se bajó del vehículo.