La explicación es sencilla. Según Renfe: «El tren se encontraba estacionado en una vía de apartado del Centro de Tratamiento Técnico de Santa Justa. Y no se había movido desde el pasado 24 de agosto«. Ha estado tanto tiempo estacionado en una vía apartada porque tras arrollar a un vehículo todoterreno ese mismo día faltaban piezas para repararlo. Se trata de un tren 449 en el que el «4» indica que se trata de un vehículo eléctrico. Durante este tiempo la pequeña batería que tiene se le fue y el pantógrafo (lo que une el tren con la catenaria por donde va la electricidad) estaba bajada. Es decir, no había contacto.
Hace tres semanas se dieron cuenta de este hecho y el jefe ordenó que se diese corriente al tren. Se hizo como con un coche cuando se queda sin batería. Se aparcó un tren al lado y con unos cables se cargó la batería. Entonces, el pantógrafo subió y quedó conectado a la catenaría. El responsable ordenó que lo dejaran parado, pero encendido, es decir, en marcha, para que no se le fuese la batería: funcionaba la luz, el aire acondicionado y todo.