No se trata de lo que me gustaría que pasara. Se trata de lo que Óscar debió hacer y no hizo. Ya la confesión no sirve. El caso ha llegado a juicio y hay pruebas para la condena por asesinato. Esto comenzó hablando de la pésima estrategia de defensa que, según creo, tendría que haberse iniciado con la confesión de un hombre que a todas luces es considerado culpable. Si Óscar hubiera admitido el homicidio imprudente, hasta el asesinato no se llega.
Ya lo dijo la fiscal al hablar de delitos mínimos. Y es que demostrar el dolo no iba a ser sencillo. Ahora, salir de ahí es ya imposible.
Por cierto, has hablado claramente de la prueba indiciaria. Si ese señor no es culpable, como todavía hay quien duda, ¿cómo encaja la víctima en el maletero? La confesión debió ser y ya no le ayuda.