Existen varios estudios sobre la durabilidad de las huellas latentes en superficies no porosas como sería el teléfono móvil.
Además, a la vista de la ausencia de suciedad en las manos de la víctima, el frío de aquella noche y la presumible ausencia de sudor en las crestas de huellas y las condiciones climáticas de los 23 días en los que permaneció en la cuneta (con días soleados y noches con heladas), es altamente improbable que perdurarán ya que esas condiciones limitan la durabilidad.