Se puede llorar, se puede patalear, inventar bombas de humo o hacerse expertos en investigaciones, ingeniería, derecho y medicina legal desde el sofá, pero el caso no se va a archivar.
El caso no se archiva ni aunque la fiscala el día 6 crea no tener suficientes elementos de convicción o probatorio de que la ausencia de daños graves en el vehículo es compatible con el atropello que describe el ERAT y no los ejemplos de los que se sirve CESVIMAP.
El resto de indicios le siguen señalando a él, y no son pocos. Bastantes medios y dinero público se ha malgastado o invertido, según interese, como para que esto quede en aguas de borrajas.
Ya explicarán sendos peritos en juicio cómo llegaron a sus conclusiones, pero quien valora la prueba es el juzgador, no fiscalía ni el juez instructor.