Yo es que desde un par de días antes de que apareciera el cadáver, ya consideraba que Óscar tendría todas las papeletas como autor al ser la última persona con la que se vio a la desaparecida.
Después, al comprobar que su relato estaba lleno de contradicciones y mentiras y que señalaba a todo quisqui, lo tuve bastante claro sin saber todavía que su coche estuvo en el tunel de lavado, que su centralita fue manipulada o que maniobró para que la GC rebajase el nivel de riesgo de la desaparición.
Y encima, el hijoputa pasó cuatro veces por la cuneta con su coche cuando participó en la batida del 18 de enero. Es para darle cien veces en toda la jeta con un calcetín sudao.