
El juicio entre Rosa Peral y Netflix por la serie El cuerpo en llamas ha comenzado, marcando un hito en la discusión sobre hasta qué punto una producción basada en hechos reales puede tomarse licencias narrativas sin vulnerar los derechos de los involucrados. La exagente de la Guardia Urbana de Barcelona, condenada a 25 años de prisión por el asesinato de su pareja, Pedro Rodríguez, reclama una indemnización de 30 millones de euros por considerar que la serie atenta contra su honor, su imagen como madre y los derechos de su hija menor de edad.
La demanda contra Netflix: motivos y cifras
La demanda presentada por Peral fue admitida a trámite en octubre de 2024 y su audiencia previa está programada para el 11 de marzo de 2025 en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). En este proceso se analizarán las pruebas propuestas por ambas partes y, si no hay acuerdo, se fijará la fecha del juicio oral.
Peral solicita una compensación económica basada en el tiempo de visualización de la serie en Netflix:
- 26,6 millones de euros para su hija (1 euro por cada hora reproducida).
- 2,6 millones de euros para ella misma (10 céntimos por cada hora vista).
El eje del conflicto: la representación de la hija de Peral
Uno de los puntos clave de la demanda es la representación de la hija de Rosa Peral en la serie. En El cuerpo en llamas, la menor es retratada como testigo directa del crimen, viendo a su madre ensangrentada tras el asesinato de Pedro Rodríguez. Sin embargo, este detalle no aparece en la sentencia judicial, lo que la defensa de Peral considera una distorsión de los hechos con graves repercusiones para la niña.
Otros momentos controvertidos incluyen escenas en las que la menor:
- Aparece aterrorizada y mojando la cama.
- Llama a su madre "el monstruo del cuarto de abajo".
- Discute con Peral en prisión.
Netflix, en cambio, argumenta que el personaje de la hija es colateral y necesario para construir la dimensión psicológica de Rosa Peral. También señala que la serie no usa el nombre real de la menor y que la actriz que la interpreta no coincide físicamente con ella.
¿Ficción o difamación? La postura de Netflix
Netflix defiende que El cuerpo en llamas no es un documental, sino una obra de ficción inspirada en hechos reales. La plataforma sostiene que, aunque existen similitudes con el caso, se han tomado licencias creativas para dramatizar la historia.
La productora Arcadia Motion Pictures, también demandada, ha presentado como prueba documental tres libros publicados antes de la serie:
- Condenados relatos: más mala vida, de Carlos Quílez.
- Solo tú me tendrás: celos, mentiras y muerte en el crimen de la Guardia Urbana, de Toni Muñoz.
- 29 balas y una nota de amor, de Alfonso Egea.
Un debate abierto: ¿dónde están los límites de la ficción?
El juicio ha reavivado el debate sobre la ética del género true crime y la representación de crímenes reales en la ficción. Algunas cuestiones clave incluyen:
- ¿Es legítimo tomar licencias narrativas cuando los personajes están basados en personas reales?
- ¿Debe priorizarse la fidelidad a los hechos o la libertad creativa?
- ¿Hasta qué punto una serie puede influir en la percepción pública de un condenado?
El veredicto aún está por definirse, pero lo que es seguro es que este juicio no solo enfrenta a una condenada con una de las mayores plataformas de entretenimiento del mundo, sino que también pone sobre la mesa cuestiones fundamentales sobre la línea entre la realidad y la ficción.