CrimeTrueCrime | El Foro del Crimen
Un espacio participativo y especializado en True Crime. Aquí encontrarás información actualizada y noticias sobre casos de crímenes reales y compartir tu opinión y análisis. Te invitamos a registrarte para convertirte en un miembro de la comunidad de CrimeTrueCrime, el Foro del Crimen.

Nueve años sin justicia para Socorro Pérez: el caso que sigue marcado por errores, nuevas pistas y una familia que no pierde la esperanza

  • Iniciador del tema Iniciador del tema LECrim
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

LECrim

Well-known member

1730636962826.jpeg


El caso de Socorro Pérez sigue siendo uno de los misterios más angustiosos e impactantes de los últimos años en Orense. Han pasado nueve años desde que la mujer de 43 años desapareciera el 2 de mayo de 2015, tras salir a correr cerca del río Miño. Socorro, una mujer reservada y trabajadora, vivía una vida tranquila en el barrio de O Couto y trabajaba como limpiadora en la Universidad laboral de Ourense. Aquel día dejó su cena preparada, junto con el móvil y las llaves, en su casa. Al día siguiente, su madre intentó comunicarse con ella varias veces, y al no recibir respuesta, sus padres acudieron a su vivienda y finalmente denunciaron su desaparición.

El hallazgo del cuerpo de Socorro se produjo 34 días después, el 6 de junio de 2015, cuando unos cazadores amigos de su padre encontraron sus restos en el alto del Seminario, guiados por una bandada de cuervos y el mal olor que emanaba del lugar. El cadáver de Socorro estaba en avanzado estado de descomposición, desnudo de cintura para abajo, y cubierto con ramas. La autopsia reveló que había sufrido un fuerte golpe en la cabeza, probablemente con una piedra de grandes dimensiones, que le causó la muerte. Aunque no se pudo confirmar la agresión sexual debido al deterioro del cuerpo, el hecho de que sus mallas estuvieran bajadas hasta los tobillos indicó que era una posibilidad que no podía descartarse.

Desde un principio, la investigación de la Policía Nacional fue objeto de críticas por parte de la familia de Socorro. En un primer momento, la desaparición no se consideró de alto riesgo, y se llegó incluso a barajar la hipótesis de una desaparición voluntaria, algo que sus familiares consideraban imposible. Su primo, Jesús María Pérez, se convirtió en el portavoz de la familia, denunciando la falta de diligencia en la investigación y exigiendo justicia para su prima. “No queremos privilegios, sino un mínimo de dignidad. Hay casos en los que se ha gastado mucho dinero y se ha removido tierra, mar y aire, pero aquí tenemos un crimen sin resolver y eso nos duele”, afirmó Jesús.

Durante los nueve años que han transcurrido desde el crimen, la investigación se ha centrado en tres principales hipótesis: la posible implicación del clero, la presencia de feriantes en la zona y la actuación de un posible agresor con antecedentes sexuales. La primera línea de investigación se centró en un sacerdote con el que Socorro mantenía una relación, algo que la víctima había comentado a algunas de sus compañeras de trabajo y a una tía cercana. Además, en el registro del piso de Socorro, los agentes encontraron fotografías de un viaje a Jerusalén que hizo con la parroquia, en las cuales había recortado una imagen en la que aparecía el cura. Sin embargo, a pesar de las sospechas iniciales, no se encontró ninguna prueba concluyente que incriminara al religioso.

La segunda hipótesis estuvo relacionada con los feriantes que se encontraban en Orense en el momento de la desaparición de Socorro, debido a las fiestas de Villahermosa. Sin embargo, pese a los intentos de la Policía por encontrar testigos que hubieran visto algo inusual, nadie aportó información relevante, y un amigo de Socorro, que inicialmente afirmó haberla visto cerca del bar ‘Pijú’ el día de su desaparición, se retractó posteriormente.

La tercera línea de investigación se centró en un posible agresor sexual con antecedentes. Los agentes analizaron las conexiones telefónicas de la zona y revisaron el registro de delincuentes sexuales, así como los presos que estaban de permiso. Sin embargo, tampoco obtuvieron resultados concluyentes. La Policía también se vio limitada por la falta de vestigios biológicos que permitieran identificar al autor del crimen, ya que el cuerpo se encontró en un avanzado estado de descomposición.

En 2023, surgió una nueva esperanza para la familia de Socorro cuando la Guardia Civil arrestó a Roger Serafín Rodríguez Vázquez como presunto autor de la violación y asesinato de Elisa Abruñedo, un crimen cometido en 2013 en Lavandeira. Roger confesó los hechos y, dada la similitud entre ambos casos –dos mujeres de edades similares violadas y asesinadas en parajes boscosos–, los investigadores consideraron la posibilidad de que también estuviera involucrado en la muerte de Socorro. Además, Roger era un cazador aficionado, y el cuerpo de Socorro fue encontrado en una zona frecuentada por cazadores. Sin embargo, hasta la fecha no se ha encontrado ninguna prueba que conecte a Roger con el asesinato de Socorro, aunque la investigación sigue abierta.

La familia de Socorro no ha perdido la esperanza de que el caso se resuelva algún día. Paula Rodríguez, prima de la víctima, ha expresado en varias ocasiones la importancia de recordar a Socorro para dignificar su memoria y mantener la investigación viva. “Es importante recordar para dignificarla. Espero que la Policía siga trabajando. Con el paso del tiempo, supongo que habrán descartado muchas opciones. No pierdo la esperanza, va a ser difícil, pero existe la posibilidad. Quiero que aparezca el culpable, aunque no que sea a costa de que ocurra otra muerte o violación”, declaró Paula.

El caso también ha dejado una profunda marca en los padres de Socorro, quienes ya mayores sienten que morirán sin conocer la verdad sobre lo que sucedió con su única hija. Jesús María Pérez señala la desolación y desilusión que invade a sus tíos. “Son mayores y piensan, aunque no lo dicen, que morirán sin saber quién mató a su única hija”, relata Jesús. Además, critican la falta de celeridad en la investigación, ya que los especialistas de Madrid tardaron más de tres semanas en acudir a Ourense después del hallazgo del cuerpo.

La Policía Nacional ha continuado la investigación a pesar de las dificultades, realizando comparaciones de ADN en al menos 15 ocasiones. Según el comisario provincial, Juan Carlos Blázquez, cada vez que surge un hecho con similitudes en el modus operandi, se cruzan datos para intentar encontrar coincidencias con el asesinato de Socorro. Aunque hasta ahora los resultados no han sido concluyentes, la esperanza de hallar un perfil coincidente sigue vigente. Las consultas de datos han excedido el ámbito nacional y se han realizado a nivel europeo, utilizando una especie de big data con información cruzada en tiempo real.

La frustración de la familia no se limita a la falta de resultados en la investigación, sino también a lo que perciben como una diferencia en el trato recibido frente a otros casos similares. En un homenaje realizado en el cuarto aniversario del crimen, los familiares expresaron sentirse discriminados. “¿Por qué hay unas desapariciones y víctimas de primera y otras de segunda? Nos sentimos discriminados”, declararon. Para la familia, la impunidad del crimen de Socorro representa un fracaso colectivo que acrecienta su dolor y la sensación de inseguridad en la comunidad.

La investigación también estuvo plagada de contratiempos internos en la Comisaría de Ourense, incluyendo el robo de seis armas del búnker, presuntos chivatazos a narcotraficantes y la muerte sospechosa de un agente. Estos eventos, junto con la falta de recursos y pericia en los primeros días, entorpecieron el desarrollo de las pesquisas. Por ejemplo, el análisis del teléfono móvil de Socorro no se llevó a cabo hasta días después de su desaparición, cuando ya se había perdido tiempo crucial. La familia criticó duramente esta falta de celeridad y los numerosos errores cometidos durante la investigación inicial.

Carmen Yáñez, prima segunda y compañera de trabajo de Socorro, también ha expresado su preocupación por el olvido del caso. “Me da pena que se pueda olvidar este caso, a veces hay crímenes sin resolver, pero me daría mucha pena no poder hacerle justicia. Socorro era como una hermana para mí, nos quisimos siempre muchísimo y nos llevábamos muy bien. Solo con nombrarla ya me pongo mal”, relató Carmen. “Ojalá me equivoque, pero mi impresión es que este caso está en el olvido. Ya desde el principio lo hicieron mal”, criticó.

Además, la familia siempre ha creído que a Socorro no la mataron en el monte del Seminario, sino que trasladaron el cuerpo a esa zona. “No hay pistas, no hay sospechosos. Hay más crímenes sin resolver, pero aquí no hay nada. Es todo una nebulosa, un asesinato misterioso, un verdadero enigma”, considera Jesús María Pérez. La investigación barajó al principio la posibilidad de un suicidio pese a que la familia siempre descartó esa opción. Se volcó la búsqueda en el Miño fiándose de un testigo que dijo haber visto a Socorro volver del río hacia O Couto, donde residía, pero esta persona se desdijo semanas después. La falta de pruebas concluyentes y el tiempo transcurrido a la intemperie han dificultado enormemente el esclarecimiento del caso.

A pesar de los avances limitados, la familia y la comunidad de Orense no han olvidado a Socorro. Su rostro, que empapeló la ciudad durante los primeros meses de su desaparición, sigue presente en la memoria colectiva. Las dudas sobre qué pasó aquel 2 de mayo, quién fue la última persona en ver a Socorro con vida y por qué su cuerpo apareció en el alto del Seminario siguen sin resolverse. Mientras tanto, la familia y los investigadores esperan que, con el tiempo y la perseverancia, se pueda encontrar una respuesta y finalmente hacer justicia para Socorro Pérez.

Jesús María resume el sentir de la familia: “Lo primero que tenemos que reivindicar es que la memoria colectiva, que a veces es frágil, no flojee, y que sigamos recordando a Socorro. Este crimen no puede quedar impune. Es imprescindible dar con el asesino o asesinos, ya no solo para hacer justicia con la familia sino también con la sociedad, resolviendo un crimen machista”.
 
Atrás
Arriba