CrimeTrueCrime | El Foro del Crimen
Un espacio participativo y especializado en True Crime. Aquí encontrarás información actualizada y noticias sobre casos de crímenes reales y compartir tu opinión y análisis. Te invitamos a registrarte para convertirte en un miembro de la comunidad de CrimeTrueCrime, el Foro del Crimen.

Juicio por el asesinato del enfermero de Alcalá: Testimonios revelan persecución y brutal ataque por celos en el hospital

  • Iniciador del tema Iniciador del tema LECrim
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
  • Featured
1730738373430.png
Lazos negros colgados el 7 de marzo de 2021 en memoria del enfermero fallecido.

El juicio por el asesinato del enfermero del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares ha comenzado con la selección del jurado popular en la Audiencia Provincial de Madrid. Gonzalo R. I., conductor de ambulancia de 38 años, está acusado de haber asesinado a Sergio Luis G., un enfermero de 41 años, motivado por los celos y la sospecha de una supuesta infidelidad de su pareja. La Fiscalía solicita para el acusado una condena de 21 años de prisión por asesinato, mientras que la familia de la víctima pide la máxima pena posible, considerando que el crimen fue cometido con ensañamiento y alevosía, ya que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse.

En su declaración durante el juicio, Gonzalo R. I. reconoció haber cortado el cuello de Sergio Luis G., pero alegó que no se considera un asesino y que su acción fue el resultado de un trastorno mental transitorio provocado por celos. Según el acusado, la víctima habría amenazado con "seguir violando" a su pareja y a la hija menor de esta. "Le corté el cuello, lo reconozco, es duro. Se le salió la tráquea. No soy un asesino. Soy buena persona y me arrepiento todos los días de mi vida", declaró el procesado, quien también expresó su deseo de pedir perdón a la familia de la víctima.

Los hechos ocurrieron el 6 de marzo de 2021, cuando Gonzalo R. se presentó en el hospital donde trabajaba su pareja, también enfermera. A pesar de que no estaba de servicio ese día, el acusado se vistió con su uniforme de conductor de ambulancia, compuesto por un peto amarillo y uniforme rojo, para moverse por el hospital sin levantar sospechas. Según testigos presenciales, Gonzalo estuvo merodeando la zona de Urgencias, entrando y saliendo varias veces del área. Dos trabajadoras de la limpieza que se encontraban en la zona describieron cómo el acusado parecía estar buscando a alguien.

Una de las trabajadoras relató que alrededor de las 14:15 horas, vieron a Gonzalo entrar y salir varias veces. En un momento dado, observaron cómo Gonzalo se cruzó con Sergio Luis G., y tras intercambiar miradas, el enfermero comenzó a correr, siendo perseguido por Gonzalo. La persecución culminó en la sala de descanso del personal, donde Gonzalo acorraló a Sergio y lo atacó. Las limpiadoras declararon que escucharon al acusado gritar: "¡Hijo de puta, te voy a matar!", lo que las llevó a entender que se trataba de una verdadera agresión. Buscaron ayuda y regresaron con una enfermera, y al volver encontraron a Sergio tirado en el suelo mientras Gonzalo continuaba agrediéndolo.

Los agentes de la Policía Nacional presentes en el hospital también prestaron declaración, explicando que en ese momento estaban custodiando a un detenido cuando escucharon la alarma de paro cardiorrespiratorio. Al ver el revuelo en la zona de Urgencias y recibir solicitudes de ayuda del personal del hospital, los agentes acudieron al lugar del ataque, donde encontraron a Gonzalo apuñalando a Sergio.

La Fiscalía sostiene que el ataque fue sorpresivo y que Gonzalo apuñaló repetidamente a Sergio, causándole múltiples heridas en el cuello, espalda, tórax, cara, ojos, hombros, manos y testículos, hasta acabar con su vida.

Según los investigadores, el motivo del crimen fue la obsesiva sospecha de Gonzalo de que su pareja mantenía una relación con Sergio. El acusado incluso habría llegado a espiar los mensajes de móvil de su pareja mediante una aplicación de rastreo. Tras cometer el asesinato, Gonzalo R. fue detenido en el lugar de los hechos minutos después y se encuentra en prisión desde entonces.

El abogado defensor del acusado argumenta que los hechos deberían ser considerados un delito de homicidio con una eximente completa por trastorno mental transitorio, o al menos una atenuante por arrebato y trastorno mental transitorio. El letrado defiende que Gonzalo "sufrió un trastorno mental" tras escuchar supuestas amenazas de la víctima relacionadas con la pareja y la hija menor de Gonzalo. La Fiscalía, sin embargo, recalca que Gonzalo actuó de manera consciente, violenta y deliberada, aprovechándose de que la víctima no podía defenderse en el momento del ataque.

Sergio Luis G. era delegado sindical del Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad (MATS) y estaba divorciado, siendo padre de dos hijos menores de edad. El día de su muerte, coincidentemente, era su cumpleaños. En cuanto a la responsabilidad civil, la Fiscalía ha solicitado una indemnización de 940.000 euros para los familiares de la víctima, que incluye 350.000 euros para cada uno de los hijos de la víctima, 75.000 euros para sus padres y 30.000 euros para cada uno de sus tres hermanos. Además, el Servicio Madrileño de Salud ha sido señalado como responsable civil subsidiario en este caso.

El Ministerio Fiscal también ha pedido que Gonzalo R. tenga prohibido acercarse a los hijos y padres de Sergio Luis G., así como a sus lugares de trabajo y domicilio, a una distancia inferior a un kilómetro durante un periodo de 25 años. Tampoco podrá aproximarse al hospital donde ocurrió el crimen por el mismo tiempo.

El juicio, que se llevará a cabo con un jurado popular, es un intento por hacer justicia en un caso que conmocionó a la comunidad del Hospital Príncipe de Asturias. El 7 de marzo de 2021, un día después del asesinato, las barandillas de acceso a Urgencias se llenaron de lazos negros en memoria de Sergio Luis G., un gesto de solidaridad y dolor por parte de sus compañeros y de toda la comunidad hospitalaria. Ahora, el juicio determinará si el acusado debe afrontar la condena que la Fiscalía considera justa por un crimen que, según el relato de los hechos, fue cometido con alevosía y ensañamiento, asegurándose de que la víctima no tuviera ninguna oportunidad de defenderse.




 
Última edición:
Atrás
Arriba