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Hallados muertos a tres hermanos con signos de violencia en Morata de Tajuña

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Ángeles, Amelia y Pepe, tres hermanos de entre 68 y 72 años han sido hallados muertos con signos de violencia este jueves en su vivienda en el municipio madrileño de Morata de Tajuña (8.115 habitantes). Los tres cuerpos estaban “parcialmente quemados” y “apilados”, según fuentes cercanas a a investigación. La hipótesis principal es la de un ajuste de cuentas y el motivo que se investiga como causa de este homicidio son las deudas que las hermanas presuntamente han acumulado en los últimos años con motivo de una estafa amorosa.

Los tres hermanos, solteros y sin familia, son originarios de Ciudad Real, aunque vivían en Morata de Tajuña desde hacía décadas. También tenían otros domicilios en Madrid capital y en un municipio de playa. Según un amigo de la familia, Enrique Velilla, y otros vecinos que los conocían, las hermanas habían contactado hace al menos siete años con dos supuestos militares de Afganistán, con los que ambas creyeron empezar una relación amorosa. “Uno de ellos les dijo que el otro se había muerto y que para cobrar su herencia necesitaba dinero para hacer unos trámites”, explica este amigo de la familia. Fue entonces cuando, según estas fuentes, Amelia empezó a mandar dinero regularmente a la cuenta de su supuesto novio.

La presunta historia de amor era conocida por muchos habitantes de la localidad, que durante todo este tiempo han tratado de advertirles de que habían caído en las redes de las conocidas como estafas amorosas. Pero ellas estaban convencidas de la veracidad de sus romances e insistían en enviar dinero a Edward, como se llamaba el soldado de Afganistán. La hermana pequeña, Amelia, había incluso enseñado a sus amigos un mensaje que ella aseguraba que le había mandado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tenía “faltas de ortografía”.

Según fuentes cercanas a la investigación, las exigencias de dinero del amante militar se habían intensificado con el paso de los años. Velilla, el amigo de la familia, apunta que habían llegado a vender su vivienda en Madrid, ubicada en el distrito de San Blas, para mandarle el dinero a Edward. Cada mes, cuando los tres hermanos cobraban su pensión, Amelia hacía una transferencia a la cuenta de su supuesto amante. El agobio de las hermanas llegó tan lejos que pedían dinero desde hacía años a sus allegados, algo que las había alejado de todo su entorno, que le advertía, sin éxito, de que las estaban engañando. Asi lo cuenta Mari, una amiga de las hermanas, quien explica que a ella le pidieron varias veces 3.000 euros. “La última vez, mi marido las echó de casa. Se lo dijimos muchas veces, pero no hacían caso. Esto se podría haber evitado si hubiesen recibido ayuda”, se lamentaba este jueves la mujer a las puertas de la casa.

La hipótesis que cobra más fuerza es que, en este afán por enviar dinero a su presunto novio, las hermanas habrían adquirido deudas con un deselace fatal. La Guardia Civil lleva todo el día recabando pruebas en el domicilio y en las próximas horas se practicará la autopsia a los cuerpos. Los vecinos han sido los que han dado la voz de alarma porque hacía más de un mes que no veían a los tres hermanos, que siempre iban juntos, por el pueblo.
 
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Un novio en Afganistán y una falsa herencia: el inquietante crimen de Ángeles, Amelia y Pepe tras un mes desaparecidos​

La investigación del homicidio de los tres hermanos de Morata de Tajuña bucea entre los testimonios de sus vecinos a los que habían pedido mucho dinero y sus contactos en las redes sociales


Hacía al menos un mes que no se veía por el pueblo a los tres hermanos que siempre iban juntos a todas partes. Ángeles G. A., Pepe G. A., y Amelia G. A., de entre 68 y 72 años, tenían muchos amigos en su pueblo, Morata de Tajuña (Madrid), pero en los últimos años, algo los había alejado de casi todos ellos. Se habían cerrado cada vez más a una realidad que parece que solo entendían las hermanas, según cuentan vecinos y allegados. Muchos de ellos explican que, desde hacía años, les pedían grandes cantidades de dinero de forma casi obsesiva. 3.000 euros. 15.000 euros. A algunos, les detallaban que necesitaban dinero para hacer los trámites para cobrar una herencia en Estados Unidos. Pero hacía tiempo que no le pedían nada a nadie. No se los veía en los lugares habituales desde, al menos, principios de diciembre. El jueves, después de conseguir un permiso de entrada del juzgado, la Guardia Civil ha accedido a su casa de dos plantas y ladrillo visto para descubrir los tres cuerpos, semicalcinados. Juntos, como siempre se los veía por el pueblo.

Los tres hermanos, solteros y sin hijos, vivían desde hace años en Morata de Tajuña (Madrid), el pueblo que los conocía y que ahora ha decretado tres días de luto, aunque eran originarios de Torre de Juan Abad (Ciudad Real). También habían tenido un piso en Madrid capital y otro en un municipio de costa. Pepe, que pasaba las mañanas en el centro de mayores y disfrutaba de los partidos del Real Madrid en el bar, tenía una discapacidad y estaba bajo la tutela de Amelia, la hermana más “echada para adelante”, como la definen quienes la conocieron. Ángeles había ejercido como maestra y Amelia había trabajado en el negocio de los anticuarios. Les gustaba “comer por ahí”, hacer pequeños viajes y la música, pues una de ellas incluso llegó a cantar en el coro de una iglesia en el pueblo.

También les gustaba Facebook. Las publicaciones de las dos hermanas en esta red social son constantes y numerosas. Un día, hará unos siete años, Amelia le contó a Enrique Velilla, uno de esos antiguos amigos íntimos de los que se habían distanciado en los últimos tiempos, que ella y Ángeles habían conocido a dos hombres por esta red social y que habían comenzado una relación. A él, como a muchos otros, les sonó extraño escuchar que esos dos misteriosos hombres eran dos militares destinados en Afganistán, uno de ellos llamado Edward. Todavía les sorprendió más saber que, a las pocas semanas de empezar el romance, ellas habían comenzado a enviarles dinero bajo el pretexto de que lo necesitaban para ayudarles a cobrar una herencia.

Miembros de la Guardia Civil, en la casa de los tres hermanos asesinados.


Miembros de la Guardia Civil, en la casa de los tres hermanos asesinados.SERGIO PEREZ (EFE)


“Les advertimos muchas veces de que era un engaño, les enseñamos noticias de estafas del amor, pero ellas decían que no, que lo suyo era de verdad”, cuenta Velilla. “Hasta me enseñó un mensaje que decía que le había mandado Pedro Sánchez, con faltas de ortografía y todo”, añade. Este antiguo amigo, dueño de una peluquería de esas por las que pasan todas las señoras del barrio, asegura que fueron dejando de lado a todos aquellos que trataban de advertirlas del peligro. “Pasaron de llevar una buena vida a no salir, se quedaban sin dinero. Cada vez que cobraban la pensión, lo mandaban a estos estafadores”, asegura. Mientras cuenta esto, el servicio de criminalística de la Guardia Civil recaba pruebas en la casa en la que tantas veces estuvo de visita, convertida ahora en el escenario de un crimen.

La vivienda, espaciosa y rodeada por una tapia blanca, cuenta con un precioso patio lleno de flores, figuras de jardín y carteles de la Virgen María, del que Amelia presumía a menudo en sus redes. Pero en su página de Facebook, se pueden ver también varios mensajes de cuentas de hombres en los que las halagan y les piden amistad. Estos mensajes siguen el esquema típico de los llamados estafadores del amor, delincuentes a muchos kilómetros de distancia que buscan víctimas vulnerables a las que engañar para sacarles dinero con algún pretexto. En las imágenes que publicaban las hermanas, hay dos fotos de dos hombres canosos, los que supuestamente eran sus parejas.

Amelia llegó a ponerse la imagen del que ella creía que era su amor a distancia como foto de perfil. Al introducir esta instantánea en un buscador, se puede ver que pertenece en realidad a Wesley Kanne Clark, “un general retirado del Ejército de los Estados Unidos. Comandante de la OTAN durante la Guerra de Kosovo”. Ángeles también presumía de su supuesto novio con una foto que pertenece, en realidad, a un político estadounidense de origen cubano llamado Mario Guerra. Estos hombres nada tienen que ver con las relaciones que Amelia y Ángeles creían que mantenían. Este tipo de estafadores también suelen usar fotos al azar que encuentran en páginas webs, conocedores de que sus víctimas en raras ocasiones tienen los suficientes conocimientos como para identificar la mentira.

Las tres víctimas de Morata de Tajuña.


Las tres víctimas de Morata de Tajuña.


Cuenta Velilla que vendieron su piso de Madrid hace algo más de un año y que incluso “alquilaron una habitación” en la casa a un hombre hace unos meses, con el que acabaron teniendo un enfrentamiento “a martillazos” en el que tuvo que intervenir la Guardia Civil. Después de eso, los hermanos cambiaron la cerradura de su casa. “El hombre les reclamaba a ellos 60.000 euros”, recuerda. Ese parece que fue uno de los intentos de las hermanas de conseguir algo de dinero, porque en el pueblo son numerosos los testimonios que reflejan su actividad casi compulsiva por conseguir efectivo. Mari, otra amiga que contempla con estupor los furgones de la funeraria que esperan a llevarse los cuerpos, relata cómo las hermanas le pidieron 3.000 euros en varias ocasiones. Ella trataba de minimizar estas demandas a los ojos de su familia, pero su marido se acabó enterando y discutió con Amelia. “Le dijo que no volviera a casa. Yo nunca le di nada, pero sí le enseñé una noticia de un caso de mujeres engañadas. Si alguien las hubiera ayudado, esto se podría haber evitado. Los medios tienen que informar más de esto”, se entristece Mari.

A pocos pasos, otra vecina llamada Ángeles enseña unos mensajes de Amelia, de diciembre de 2020, en los que le da el pésame por la muerte de su madre, que había sucedido seis meses atrás. En ese intercambio, Amelia le proponía tomar un café al día siguiente porque le quería “pedir un favor”. A la mañana siguiente, se sentaron en una mesa y la hermana menor le explicó que habían recibido una herencia de Estados Unidos, pero que necesitaban 15.000 euros para hacer los trámites o la perderían. “Me prometió que, en cuanto cobrara, me devolvería 30.000 por ser yo. Pero yo apenas las conocía, me quedé muy sorprendida”, recuerda esta mujer.

La investigación buceará ahora entre las cuentas de estos tres hermanos, las personas a las que habían pedido dinero y en sus relaciones en redes sociales, para encontrar al autor o autores de este triple homicidio, pero la hipótesis del ajuste de cuentas es la que cobra más fuerza. Este crimen recuerda al descrito por Fernando Fernán Gómez en El extraño viaje. Tres hermanos, que acaban viviendo casi aislados en un pueblo y que mueren juntos de forma inquietante.

Su amigo Enrique Velilla recuerda que este año no llegó a felicitarse el cumpleaños con Amelia el 3 de diciembre, fecha de aniversario que compartían. La autopsia podrá arrojar más luz sobre las circunstancias y fecha del deceso, pero el hecho de que los cuerpos estén semicalcinados complicará esta tarea. En la peluquería, hace unos días, hablaron de los hermanos y se extrañaron de que llevaran tanto sin verlos, pero muchos pensaban que se habrían ido de viaje de Navidad. Aunque ya habían emprendido otro viaje.


 

Los hermanos asesinados en Morata fueron agredidos a martillazos por un prestamista al que se investiga por el triple crimen​

Los tres hermanos hallados muertos ayer con signos de violencia en su casa de Morata de Tajuña (Madrid) fueron agredidos a martillazos el pasado verano por un prestamista que les reclamó en la puerta de su casa 60.000 euros que le adeudaban. Ese hombre acabó siendo detenido y llegó a ingresar en prisión por un posible delito de tentativa de homicidio. Salió en libertad este mes de enero y es una de las personas a las que se le investiga por el triple crimen.

Las dos hermanas asesinadas, de 70 y 68 años, pudieron recurrir a este hombre para que les dejase unos 60.000 euros para seguir pagando dinero a un militar norteamericano al que conocieron por internet, con el que mantenían una relación amorosa a distancia y que les pedía una cantidad mensual a cambio de entregarles una supuesta herencia de siete millones de euros. Todo su entorno familiar y amigos les advertían de que este hombre era un estafador y que podría ser un personaje falso que pretendía engañarlas, pero ellas estaban obsesionadas con esa historia virtual, según sus allegados y vecinos. Ese supuesto novio en internet tiene un nombre, Edward, con el que figuran al menos una docena de perfiles en redes sociales, algo que hace pensar que esa persona ha podido engañar a más mujeres.

 

El laberinto infinito de la estafa del amor: “Necesito un ingreso de 14.000. Tienes que esforzarte por mi amor”​

Los engaños románticos para obtener dinero son un tipo de cibercriminalidad en auge. A veces hay detrás redes internacionales que rastrean internet en busca de mujeres mayores


Tres hermanos de entre 68 y 72 años fueron hallados muertos con signos de violencia en su casa de Morata de Tajuña (Madrid) esta semana. Pocos minutos después de encontrarlos, el pueblo se llenó de comentarios sobre lo que podría estar detrás de tan infausto final. Las hermanas, Amelia y Ángeles, se habían enamorado años atrás de dos supuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán a los que tenían que enviar dinero para cobrar una herencia. Para ayudarlos, empezaron a endeudarse, y la principal hipótesis, es que estos problemas económicos desencadenaran el crimen. Aunque resulta casi imposible creer que alguien puede vivir tanto tiempo engañado por una historia que mezcla herencias millonarias, soldados en un país lejano y encuentros casuales en redes, no resulta extraño a ojos de investigadores policiales y abogados que llevan años viendo a víctimas de estas conocidas como estafas amorosas. Y advierten de que muchas no se detectan por la vergüenza que sienten al descubrir el engaño.

Rubén Cobo es un abogado de Castellón que, entre otros asuntos, se ha especializado en las estafas que usan el pretexto amoroso para exprimir a sus presas hasta el último euro. “Casi siempre son mujeres mayores de 60 años, con una formación media baja y en cuyas redes se ve que están viudas o solteras. Lo más sangrante es que muchas de las que llegan a mi despacho no son especialmente acaudaladas, sino que les han dejado sin los ahorros de toda su vida”, explica. Casi siempre las encuentran por Facebook y siguen el mismo esquema. Pasan semanas hablando con ellas sobre el repentino amor que han sentido al ver su foto, pasan a recalcar la importancia de ser generoso y tener unos valores de ayuda al prójimo y por último siempre surge un inconveniente o circunstacia que les hace necesitar un aporte urgente de dinero para poner unirse a su amada.

Entre las historias que inventan estos profesionales del engaño hay patrones que se repiten. “Es muy común la del médico de la ONU que necesita dinero para rescindir su contrato con la organización. También hay muchos que se hacen pasar por militares que están en misiones —este es el caso de las víctimas de Morata de Tajuña—. Y por último están los ingenieros que han tenido un accidente y les hace falta un ingreso para poder operarse”, resume el abogado.

Fachada de la casa donde han hallado a tres hermanos ancianos asesinados y quemados, el 19 de enero de 2024, en Morata de Tajuña, Madrid (España).
Fachada de la casa donde han hallado a tres hermanos ancianos asesinados y quemados, el 19 de enero de 2024, en Morata de Tajuña, Madrid (España).ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ (EUROPA PRESS)
“Eligen profesiones e imágenes que dan seguridad y confianza, que parezca que es un hombre con solvencia”, ilustra un investigador policial experto en estafas amorosas. Aunque a ojos de alguien externo resulten historias inverosímiles, para el que ha caído en la trampa todo tiene sentido y se sienten incomprendidos. “Juegan con las ilusiones de la gente que, muchas veces, se siente sola. Les venden una vida con la que soñar”, apunta Cobo. “Ellos contactan con múltiples víctimas y siempre encuentran alguna vulnerable o con baja autoestima a la que logran convencer de todo”, explica la fuente policial.

Todas estas películas van acompañadas de fotomontajes de baja calidad para sustentar la historia. Cobo ha llegado a ver uno en el que utilizan el cuerpo de Iker Casillas en el hospital recién operado con la cabeza de un atractivo madurito que han encontrado en internet. “Siempre usan el mismo prototipo de hombre, el perfil de divorciado interesante de Estados Unidos”, señala. A veces, incluso usan la imagen de actores de Hollywood, como el caso de una mujer en Córdoba que emitió transferencias por valor de 170.000 euros al que ella creía que era su novio, Brad Pitt. También detectaron imágenes de intérpretes famosos en la operación Loverboy, desarrollada por la Guardia Civil en Huelva en 2022 y que investigó a 13 personas con conexiones en Italia, Reino Unido y Nigeria, por estafar 250.000 euros. Además de víctimas en España, los agentes identificaron a otras de nacionalidad china, polaca y francesa. Gracias a los chats que usan inteligencia artificial que traducen simultáneamente, estos delincuentes pueden llegar a cualquier país en cualquier idioma.

El letrado Cobo las ha visto de todos los colores y su oficina lleva a cabo sus propias investigaciones, consciente de que la saturación de los juzgados muchas veces dificulta las pesquisas en torno a estos casos. Despues de cinco años, él y su equipo creen estar a punto de obtener un gran éxito al haber identificado con nombres, apellidos e incluso fotos a los miembros de una red internacional que estafó más de 53.400 euros a una mujer. Poco a poco han destejido una organización con miembros en Nigeria, Filipinas e Italia dedicada a los engaños. El intercambio de mensajes entre el supuesto amante y la víctima ha sido fundamental. “Lamento mucho que mi plan para salir no funcionó. Realmente estoy listo para pasar el resto de mi vida para siempre”, se lee en uno. “El comandante dijo que tengo que pagar hasta 20.000. Ya ingresé 6.000, necesito 14.000”, le pide en otro. “Tienes que esforzarte más por mi amor”, llegó a apremiarla. Lo peor es que uno de los criminales llegó a enviarle a la mujer fotos de la casa que se había construido en Nigeria con su dinero y otras en las que se le ve en el porche tomando una cerveza con un amigo.

El camino en este y otros casos está lleno de penurias: “Primero, los jueces suelen cerrar los casos por falta de medios para investigar. Luego recurrimos y se reabren. Hay que hacer requisitorias internacionales, traducir muchos documentos a dialectos nigerianos o a otros idiomas, que un perito analice los terminales de las víctimas y de los detenidos, sus ordenadores, sus correos electrónicos, las IP, investigar la titularidad de las cuentas bancarias de las transferencias, pedir colaboración de Europol o Interpol...”. Cobo recuerda que empezó a ver este tipo de casos en 2013, pero que en los últimos cuatro o cinco años se ha incrementado esta estafa.

Este tipo de delitos cometidos por internet o con algún medio informático han crecido tanto en los últimos años, que el Ministerio de Interior ya distingue en sus balances periódicos entre la criminalidad convencional y la digital. En los primeros nueve meses de 2023, la cibercriminalidad creció un 21% con respecto al mismo intervalo de 2022. En concreto, se registraron 304.819 estafas informáticas entre enero y septiembre del año pasado, una modalidad delictiva que representa ya el 17% de toda la criminalidad —tanto convencional como digital— en ese periodo.

Los estafadores no siempre están en el otro extremo del mundo, a veces cometen este delito personas individuales o pequeños grupos con centenares de perfiles falsos en las redes sociales o aplicaciones de contactos. Este es el caso de la operación Románticos que se saldó con un matrimonio detenido en Alicante en febrero de 2023 por conseguir, mediante engaños, 57.000 euros de una mujer de la misma provincia que creyó estar ayudando a un novio constructor. Fue una supuesta relación de 14 meses en los que se intercambiaron hasta 400 mensajes diarios en los que él se inventó toda una historia de un hijo con problemas y unas deudas en una obra. Para dotar de mayor veracidad a la historia, incluso llegó a quedar con ella, pero diciéndole que era su cuñado.

Detención de uno de los acusados de estafar a una mujer en la operación Románticos.
Detención de uno de los acusados de estafar a una mujer en la operación Románticos.GUARDIA CIVIL
Las fuerzas policiales creen que muchos de los casos nunca llegan a aflorar. “Sienten mucha vergüenza. Primero por admitir que han caído en algo tan burdo y además, son conscientes de que una vez que denuncian tienen que facilitarnos todos sus contactos con ese estafador y vamos a ver lo que para esa persona ha sido una relación íntima y real”, puntualiza un investigador policial de estafas. “Yo he visto en mi despacho desde mujeres que vienen solas y me piden que por favor no se entere su familia, hasta otras que vienen acompañadas de los hijos y son ellos los que me ruegan que le haga ver a su madre que ha caído en una estafa, porque ella no lo acepta”, señala el abogado Cobo. Un verdadero drama para muchas familias que empieza con un simple mensaje en Facebook.


 

El acusado del crimen de los hermanos de Morata de Tajuña confiesa que los asesinó por “venganza” por una deuda de 50.000 euros​

El hombre, que vivió con ellos desde 2022 y fue detenido por dos agresiones a la hermana menor, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil el domingo por la tarde

EL PAÍS
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Vista del acuartelamiento de Rivas Vaciamadrid, donde se encuentra el hombre que ha confesado el asesinato de los hermanos de Morata de Tajuña, este lunes en Madrid.
El asesino confeso de los tres hermanos de Morata de Tajuña (Madrid) se presentó en el cuartel de la Guardia Civil el domingo por la tarde y reconoció que había cometido el crimen por “venganza” por el dinero prestado a los Gutiérrez Ayuso. Según su declaración, sus víctimas le debían 50.000 euros. El hombre, de 42 años, nacionalidad española y origen paquistaní, llamado Dilawar Hussain F. C., estuvo viviendo con la familia desde 2022. Este detenido era el sospechoso desde el primer momento porque constaban dos antecedentes por agresiones a la hermana menor, Francisca Amelia: la primera en enero de 2023, y la segunda en febrero, cuando la llegó a agredir con un martillo. Entonces fue detenido e ingresó en prisión, donde permaneció hasta septiembre. En aquella ocasión, le propinó a la mujer tres martillazos y la pateó en el suelo.
Los cuerpos de Amelia, Ángeles y Pepe, de entre 71 y 79 años, fueron hallados en su casa el jueves en avanzado estado de descomposición. La principal hipótesis de este asesinato desde un principio fue la de un ajuste de cuentas. Según varios testimonios, las hermanas, Amelia y Ángeles, habían caído en una estafa amorosa que había fundido sus ahorros. Según contaba Amelia a sus vecinos en el pueblo, hacía alrededor de siete años había conocido por internet a un militar estadounidense destinado en Afganistán, y su novio necesitaba dinero para cobrar una herencia. Ángeles también cayó en la misma trampa con otro supuesto amor virtual. Durante estos años, las hermanas hicieron decenas de transferencias e incluso llegaron a vender un piso que tenían en Madrid capital, pero sus ahorros se acabaron. Pepe, el hermano mayor, de 79 años, tenía una discapacidad psíquica y no era consciente de lo que sucedía.
El nombre de Dilawar Hussain F. C. estuvo encima de la mesa de los investigadores desde el primer segundo, tanto, que ese mismo día el juez autorizó el rastreo de los teléfonos a su nombre para saber a qué antenas había estado conectado y poder así situarlo en el escenario del crimen o bien descartarlo. Los investigadores también solicitaron esta misma medida para los móviles de las dos hermanas y el tráfico y las conexiones de las antenas de Morata de Tajuña en las últimas semanas.
En los antecedentes del detenido constan dos agresiones previas a los tres hermanos. La primera, el 10 de enero de 2023, cuando fue detenido por propinar “un bofetón” a Amelia, la menor de las dos hermanas. La policía municipal acudió a la vivienda, pero la familia Gutiérrez Ayuso decidió no denunciar. Un mes y medio después, el 24 de febrero, el hombre fue detenido por un segundo ataque a esa misma hermana, esta vez de mayor gravedad, porque le propinó varios martillazos. El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Arganda del Rey abrió diligencias y decidió su ingreso en prisión provisional. La fiscalía solicitó para él cuatro años de cárcel por agresión “con un objeto peligroso”. En septiembre, llegó a una conformidad con sus víctimas por la que fue condenado a dos años de prisión por lesiones y se le impuso una orden de alejamiento de ese mismo periodo de Amelia. El 12 de septiembre se le concedió la libertad y salió de la cárcel de Estremera.
Según los hechos probados de esta sentencia, el 24 de febrero, sobre las diez menos cuarto de la mañana, Dilawar Hussain golpeó hasta en tres ocasiones con un martillo a Amelia en la cabeza cuando ella regresó a casa acompañada de su hermana. Como consecuencia de la conmoción, la mujer cayó al suelo y en ese momento el hombre la pateó. La mujer necesitó asistencia médica y sutura en las heridas.
El motivo de las deudas era que, para seguir cumpliendo con las exigencias económicas de sus supuestos novios virtuales, las mujeres habían comenzado a pedir dinero prestado. Son numerosos los testimonios de vecinos y allegados que cuentan que les habían solicitado cantidades por encima de los 5.000 euros con el pretexto de hacer trámites para el cobro de la supuesta herencia. Cada vez que alguien se negaba o trataba de advertirlas de que habían caído en una estafa, las hermanas se cerraban en banda. Debido a que su círculo se cerró cada vez más, la posibilidad que cobra más fuerza es que Amelia hubiera comenzado a pedir dinero a prestamistas que le cobraban elevados intereses, entre ellos, al que acabó siendo su asesino.

 

El detenido por el triple homicidio de Morata de Tajuña, a prisión tras reconocer el crimen ante el juez​

Choudhary es enviado a la cárcel por el riesgo de fuga o de que destruya pruebas hasta la celebración de la vista oral​

El presunto asesino de tres hermanos en Morata de Tajuña, en el registro de su vivienda en Arganda del Rey.


El presunto asesino de tres hermanos en Morata de Tajuña, en el registro de su vivienda en Arganda del Rey.MARISCAL (EFE)

El detenido por el crimen de los tres hermanos de Morata de Tajuña (Madrid), Dilawar Hussain Choudhary, ha ingresado este miércoles en prisión provisional imputado por el triple homicidio de Ángeles, Amelia y José Gutiérrez Ayuso. El juez ha tomado esta decisión ante el riesgo de fuga y la posible alteración o destrucción de pruebas. “En el transcurso de la comparecencia, el detenido ha reconocido la autoría de los hechos y se ha ratificado en lo declarado ante la Guardia Civil”, especifica el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en un comunicado. Desde hoy ingresará en la cárcel de Estremera, en la que ya estuvo por una agresión previa a las víctimas a las que después asesinó.
El acusado se presentó voluntariamente en las dependencias de la Guardia Civil en Arganda del Rey este domingo por la tarde y aseguró ser el autor de la muerte de los tres hermanos de Morata de Tajuña. Los cuerpos de los tres hermanos, de entre 71 y 79 años, fueron hallados en el interior de su vivienda, con aparentes signos de violencia, en avanzado estado de descomposición y semicalcinados. Fueron los vecinos los que alertaron al alcalde de que llevaban mucho tiempo sin ver a los Gutiérrez Ayuso y que tenían miedo de que les hubiera sucedido algo. El jueves 18 de enero, la policía local consiguió una autorización judicial para acceder a la casa y descubrieron los cadáveres apilados en la entrada.

La hipótesis que los investigadores de homicidios de la Guardia Civil barajaron desde el primer momento fue la de un ajuste de cuentas por las deudas que las hermanas acumulaban desde hacía años. Según los testimonios de su entorno, Amelia y Ángeles hablaban desde, al menos 2017, de unos supuestos novios militares estadounidenses que habían conocido por internet y que necesitaban su ayuda económica para cobrar una herencia. Todo el mundo le advertía de que era una estafa económica, pero ellas hacían oídos sordos a las señales de alarma y les enviaban dinero regularmente. Primero, de sus ahorros, después, de sus pensiones y, en última instancia, de personas a las que pedían dinero, como todo apunta que es el caso de Choudhary.
Según fuentes cercanas a la investigación, las hermanas acudían regularmente al locutorio que Choudhary tenía en Arganda del Rey para enviar dinero. Esa actividad llamó la atención del hombre y acabaron entablando cierta relación. También a él le hablaron de la supuesta herencia que iban a cobrar. Él acabó creyendo la historia que relataban las Gutiérrez Ayuso hasta tal punto que en 2022 vendió su negocio para prestarles efectivo, con la promesa de que le devolverían el doble, según fuentes cercanas al caso. Además, se instaló en su casa en Morata de Tajuña ese mismo año.
El dinero prometido nunca llegó y Choudhary, desesperado y nervioso por haberse quedado sin nada, se enfrentó a las mujeres. En enero de 2023 consta un atestado de agresión por parte del hombre a Amelia en el que queda reflejado que le dio “un bofetón”. En febrero, Choudhary ingresó en prisión por asestar a la misma hermana tres martillazos y patearla en el suelo. Salió en septiembre de 2023 después de llegar a un pacto con la Fiscalía por el que aceptaba dos años de condena. Los investigadores creen que, el algún momento de diciembre, después de seguir insistiendo a las mujeres para que le devolvieran su dinero, se presentó en la casa de los hermanos y los asesinó a golpes.
Debido a sus antecedentes, el ahora encarcelado fue el principal sospechoso desde el primer momento. Consciente de que todo apuntaba a él, Choudhary se entregó este domingo en las dependencias de la Guardia Civil de Arganda del Rey y explicó brevemente que él era el asesino, que lo había hecho por venganza por una deuda en “en torno a 50.000 euros”. En ese momento, los agentes avisaron al colegio de abogados para que le proporcionara uno de oficio y, desde el momento en el que fue asistido por su letrada, el detenido se acogió a su derecho a no declarar y tampoco llegó a celebrarse una reconstrucción en el escenario del crimen, como estaba prevista. A última hora del lunes, los agentes realizaron un registro en la última vivienda de Choudhary, un piso compartido con varios compatriotas paquistaníes en Arganda del Rey.

Hasta el momento de la agresión a Amelia en enero de 2023, su expediente delictivo estaba completamente limpio. Llevaba décadas instalado en España. Estas circunstancias hicieron que en 2022 consiguiera la nacionalidad española.
 

El detenido por el triple crimen de Morata de Tajuña mata a su compañero de celda en la prisión de Estremera​


Dilawar Hussain Choudhary ingresó en la cárcel el 24 de enero acusado de acabar a golpes con la vida de tres ancianos por una supuesta deuda

El presunto asesino de tres hermanos en Morata de Tajuña, Dilawar Hussein en el registro en su vivienda en Arganda del Rey después de su detención.
El presunto asesino de tres hermanos en Morata de Tajuña, Dilawar Hussein en el registro en su vivienda en Arganda del Rey después de su
Madrid - 15 FEB 2024 - 09:41CET
El asesino confeso del triple crimen de Morata de Tajuña (Madrid) ha matado presuntamente a su compañero de celda a las dos y media de la madrugada, según han asegurado a EL PAÍS fuentes policiales y han confirmado fuentes penitenciarias. Dilawar Hussain Choudhary ingresó en la prisión de Estremera el pasado 24 de enero, después de entregarse en dependencias de la Guardia Civil y confesar haber sido el que acabó con la vida de Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso en su casa a mediados de diciembre. Los cuerpos fueron hallados el 18 de enero después de que los vecinos alertaran de que hacía mucho que no se les veía salir de casa. Según la investigación, Choudhary mató a los tres ancianos como “venganza” por un dinero que había prestado a los hermanos y que estos no le devolvían. Estas mismas fuentes informan de que Choudhary ha sido trasladado a una celda de aislamiento.

El asesino confeso ingresó en el módulo 2 de prisión, en el que se encuentran algunos de los internos más conflictivos, y los primeros días permaneció solo, pero no tardaron en asignarle un compañero de celda. Choudhary ya había estado en esa cárcel en 2023 después de agredir a una de las que luego serían sus víctimas mortales. En enero y febrero de ese año, el hombre pegó salvajemente dos veces a Amelia, la menor de las hermanas, por lo que fue detenido e ingresó en prisión provisional. Nueve meses después, la mujer y el detenido llegaron a un acuerdo de conformidad que le permitió a él volver a la calle. Según recoge el auto que le envió a prisión, el hombre regresó a la casa de los hermanos el 17 de diciembre y acabó con la vida de los tres a golpes con una barra. Después, intentó quemarlos y los dejó apilados en la entrada de la casa. Estos antecedentes lo convirtieron desde el primer momento en el principal y único sospechoso del caso.
Los cuerpos de los tres hermanos, de entre 71 y 79 años, fueron hallados en el interior de su vivienda, con aparentes signos de violencia, en avanzado estado de descomposición y semicalcinados. La hipótesis que los investigadores de homicidios de la Guardia Civil barajaron desde el primer momento fue la de un ajuste de cuentas por las deudas que las hermanas acumulaban desde hacía años. Según los testimonios de su entorno, Amelia y Ángeles hablaban desde, al menos 2017, de unos supuestos novios militares estadounidenses que habían conocido por internet y que necesitaban su ayuda económica para cobrar una herencia.
Todo indica que las hermanas habían sido víctimas de una de las conocidas como estafas amorosas. Profesionales del timo, a menudo en el extranjero, logran enamorar a través de las redes sociales a personas vulnerables y consiguen obtener de ellas grandes cantidades de dinero. En el caso de Amelia y Ángeles habían contado a muchos de sus conocidos en el pueblo que tenían dos novios militares estadounidenses que necesitaban dinero para cobrar una herencia en su país y poder venir a España.

Después de años de engaño, las hermanas habían trasnferido a las cuentas de estas supuestas parejas miles de euros e incluso habían llegado a vender un piso que tenían en Madrid capital. El testimonio de numerosos vecinos apunta a que habían comenzado a pedir dinero a su entorno y esto es lo que pudo suceder con el que acabó siendo su asesino. Según la propia declaración de Choudhary, que había regentado un locutorio en Arganda del Rey, había prestado una importante cantidad a las ancianas y llevaba meses reclamándoles que se la devolvieran. El hombre llegó incluso a instalarse en una habitación en la casa de los Gutiérrez Ayuso, como recuerdan muchos de los vecinos.

El 24 de enero, el juez lo envió a prisión al alegar que existía riesgo de fuga porque “el investigado tiene suficientes medios para comprar un billete de avión o alquilar un vehículo o ,simplemente, utilizar sus propias piernas”. El titular del juzgado número 5 de Arganda del Rey también indicaba que toda su familia reside en Pakistán, de donde es originario Choudhary, “un país sin acuerdo de cooperación judicial” con España.
 

Cómo pudo el asesino de los hermanos de Morata de Tajuña acabar con su compañero de celda​

El autor del crimen limpió la habitación y cambió las sábanas tras matar a Ángel Asenov. Habían tenido discusiones por la higiene de la víctima​

Por guarro: el porqué el asesino de los hermanos de Morata de Tajuña mató a su compañero de celda
El presunto asesino de tres hermanos en Morata de Tajuña, Dilawar Hussein F.C., sale custodiado por guardias civiles tras el registro de su vivienda en

A medianoche, varios presos de la cárcel de Estremera, en Madrid, escuchan cuatro o cinco golpes secos. “Como si una cama golpeara contra la pared”, son las palabras de uno de ellos. No ha habido gritos, ni se escucha nada estridente después. Es 15 de febrero y Dilawar Choudhary, en prisión preventiva por haber matado a tres hermanos de entre 68 y 72 años en el municipio madrileño de Morata de Tajuña dos meses atrás, acaba de cobrarse su cuarta víctima. Su compañero de celda, Ángel Asenov, será encontrado dos horas después tumbado en el suelo, cubierto por una manta. Su homicida espera a que los funcionarios vengan a por él, sentado en una silla, recién duchado, con un paquete de tabaco en la mano y repitiendo sin parar: “Lo he matado”.

Dilawar Choudhary, de 42 años, ingresó en la prisión de Estremera el 24 de enero. Seis días antes, los cuerpos semicarbonizados de tres hermanos habían sido hallados en su casa en Morata de Tajuña, un municipio del sureste de Madrid. El paquistaní se entregó por este homicidio tres días después en las dependencias de la Guardia Civil en Arganda del Rey y explicó que los había matado el 17 de diciembre a golpes, vengando una supuesta deuda. No era la primera vez que pisaba el suelo de la cárcel de Estremera. Ya había sido su huésped siete meses en 2023 por agredir con un martillo a los ancianos a los que luego mató. Desde el principio de su nueva estancia en prisión, su compañero de celda fue Ángel Asenov, de 40 años, un ciudadano búlgaro en prisión preventiva por una supuesta agresión sexual cuya sentencia había recurrido al Tribunal Supremo. La vista para la revisión estaba planeada para cinco días después de su muerte.

Los dos compañeros habían congeniado en prisión, todo lo que pueden hacerlo dos hombres sin nada en común más allá de la obligación de compartir un puñado de metros cuadrados. Después de quitarle la vida, Dilawar declaró que Ángel era muy sucio, tanto en su higiene personal, como en el orden de la habitación. Y también aseguró que cuando se duchaba, le miraba de una forma que no le gustaba. Estos, para el asesino confeso, son los motivos por lo que la madrugada del 15 de febrero, bajó de su litera y golpeó entre cuatro y cinco veces la cabeza de su compañero de celda. Según las observaciones preliminares, utilizó un disco como el que se pone en las pesas de los gimnasios y le impactó directamente en el cráneo. A falta de los datos definitivos de la autopsia, no se aprecian señales de defensa en el cuerpo de Ángel.
Después del crimen, Dilawar se duchó, ya sin nadie que lo mirara de forma incómoda según su punto de vista. El homicida confeso se cambió de ropa, limpió la habitación, cambió las sábanas de ambas camas de la litera y metió todas sus posesiones en dos bolsas que apoyó en la puerta de la celda. Dejó el disco de dos kilos y medio con el que había golpeado a su compañero encima de uno de los escritorios y, a las dos y media, llamó por el interfono a los funcionarios de guardia para notificar que había asesinado al otro preso. Se sentó con un paquete de tabaco en la mano. Cuando los funcionarios examinaron por la mirilla vieron un bulto en el suelo tapado por una manta, sangre en el suelo y restos en varias paredes y a Dilawar repitiendo sin parar: “Lo he matado”. Los funcionarios le pidieron que se pusiera en pie, soltara el paquete y enseñara las manos.
El interno encargado del gimnasio del módulo aseguró que él había notado la desaparición del disco unas semanas antes y que lo había notificado “de forma oral” a los funcionarios. Ese era el único objeto contundente que la Guardia Civil halló en la celda, por lo que no hay duda de que esa es el arma homicida. Dilawar aseguró que el disco lo había sustraído la propia víctima del gimnasio y que lo tenía escondido bajo el colchón.
Ángel fue enterrado dos semanas después en Ciudad Real, donde vive gran parte de su familia, todos búlgaros asentados en España desde hace años. Rodrigo López del Cerro, el abogado que los representa, se encargó de los trámites para trasladar el cuerpo. La familia no tenía recursos para hacerse cargo. A pesar de que la autoría del crimen está clara, los Asenov consideran que hubo una negligencia de Instituciones Penitenciarias al poner como compañero de su familiar a un preso con delitos de sangre. También creen que, si el preso del gimnasio dice la verdad, existieron errores a la hora de detectar dónde estaba el disco perdido.

Después de su cuarto crimen en dos meses, Dilawar fue trasladado a una celda de aislamiento y, en los días posteriores, se le transfirió a la cárcel de Teixeiro, en A Coruña. Allí permanece en una celda solo, con vigilancia especial y con salidas al patio limitadas en solitario. La evaluación psicológica en su anterior destino no detectó ningún problema de salud mental. Hasta sus desavenencias con los tres ancianos de Morata de Tajuña, su expediente policial estaba limpio, de modo que en 2022 obtuvo la nacionalidad española una década después de su llegada a España. Poco después, conoció a Ángeles, Amelia y Pepe Gutiérrez, sus primeras víctimas.

Miembros de la Guardia Civil trabajan en el lugar donde se hallaron los cuerpos de los tres hermanos asesinados.
Miembros de la Guardia Civil trabajan en el lugar donde se hallaron los cuerpos de los tres hermanos asesinados.SERGIO PÉREZ (EFE)

Las hermanas le explicaron que necesitaban dinero para cobrar una herencia de unos supuestos novios estadounidenses y él, presuntamente, se lo prestó con la promesa de que le sería devuelto con intereses. La investigación de la Guardia Civil apunta a que las hermanas habían sido víctimas de una engaño del amor, es decir, que uno o varios estafadores llevaban años, haciéndoles creer que tenían una relación de noviazgo con dos militares. Llevaban al menos siete años hablando por redes sociales y eran los que supuestamente necesitaban el dinero para la herencia. Como pasaban los meses y Dilawar no veía cumplida la promesa, el hombre agredió primero a las hermanas con un martillo, por lo que ingresó en prisión provisional a principios de 2023. A finales de ese año salió de la cárcel tras un acuerdo con sus víctimas y unas semanas después acudió a su domicilio y acabó con la vida de los tres, según él mismo reconoció tras el hallazgo de los cadáveres.

 
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