César Román Viruete, conocido en los medios como el 'Rey del Cachopo', ha vuelto a situarse en el centro de la atención mediática tras la revelación de una serie de cartas escritas desde prisión. Estas cartas, difundidas en exclusiva por el programa "Y ahora Sonsoles", han arrojado nueva luz sobre el asesinato de su pareja, Heidi Paz, un crimen que sacudió a España en 2018. A través de estos escritos, Román no solo confiesa su participación directa en la muerte de Heidi, sino que también introduce elementos perturbadores que sugieren la existencia de un cómplice, planteando preguntas sobre la exhaustividad de la investigación que lo llevó a ser condenado.
El asesinato de Heidi Paz fue uno de los casos más mediáticos de la historia reciente en España. El 13 de agosto de 2018, su cuerpo mutilado fue encontrado en una nave industrial de Madrid, lo que desencadenó una intensa investigación. César Román, empresario conocido por su cadena de restaurantes especializados en cachopo, rápidamente se convirtió en el principal sospechoso debido a su relación con la víctima y a las pruebas encontradas en la escena del crimen.
A pesar de las evidencias en su contra, Román mantuvo su inocencia durante gran parte del proceso judicial, argumentando que no había tenido ninguna participación en la muerte de Heidi. Sin embargo, las nuevas cartas enviadas desde la prisión, seis años después de los hechos, revelan una historia diferente. En estas cartas, Román finalmente admite haber sido el autor del disparo que acabó con la vida de su pareja, aunque insiste en que fue un accidente.
La Confesión: Un Disparo Accidental y un Arrepentimiento Tardío
Según la narración de Román, la muerte de Heidi ocurrió durante una discusión acalorada en su oficina, ubicada en la nave industrial de la Avenida de Córdoba. Durante este enfrentamiento, Román disparó a Heidi con una Beretta 22, un arma que había comprado en Málaga para su protección personal. En sus cartas, Román subraya que el disparo no fue premeditado. "Fue un único disparo y, en absoluto, fue algo ni premeditado ni previsto", escribe, tratando de presentar el hecho como un accidente impulsivo más que como un asesinato deliberado.
Los detalles que Román proporciona sobre los momentos inmediatamente posteriores al disparo son desgarradores. Describe cómo, tras darse cuenta de lo que había hecho, intentó desesperadamente reanimar a Heidi, sin éxito. "No me podía creer lo que había hecho, la besé, le grité desesperado que se levantara y no me dejara", relata, pintando un cuadro de desesperación y remordimiento. Sin embargo, este supuesto arrepentimiento se enmarca en una situación en la que Román ya ha sido condenado y ha intentado suicidarse varias veces en prisión, lo que podría sugerir una lucha interna con la culpa que le pesa.
La Revelación de un Cómplice
Lo más impactante de estas nuevas confesiones es la revelación de que Román no actuó solo en la ocultación del cuerpo de Heidi. Según su relato, después de disparar a su pareja y fallar en los intentos de reanimarla, comenzó a marearse y decidió pedir ayuda a una persona de su confianza. Román afirma que este cómplice jugó un papel crucial en el proceso de deshacerse del cuerpo, pero que hasta ahora ha logrado pasar desapercibido o ha sido ignorado por los investigadores.
Román no ha revelado el nombre de esta persona en sus cartas, pero indica que es alguien de "su máxima confianza" y que su participación es esencial para entender completamente lo que sucedió después de la muerte de Heidi. Esta revelación pone en duda la exhaustividad de la investigación que llevó a su condena y sugiere que aún hay partes de esta historia que no han sido plenamente descubiertas.
El portero de una finca cercana a la nave donde se encontró el cuerpo de Heidi declaró haber visto a una persona que no parecía ser Román salir del lugar en el momento del crimen. Sin embargo, esa pista no condujo a ninguna conclusión concreta durante la investigación inicial. Con las nuevas confesiones, la identidad de este supuesto cómplice podría reabrir el caso, llevando a una posible revisión judicial.
Un Relato de Contradicciones y Mentiras
Manuel Díaz, quien fuera jefe de prensa de los restaurantes del 'Rey del Cachopo', ha dado su opinión sobre las confesiones recientes de Román. Según Díaz, Román siempre fue una persona llena de contradicciones, difícil de entender y con una tendencia a mentir que se hacía evidente en su comportamiento diario. "Yo no me creería nada", afirmó Díaz, sugiriendo que la verdad en torno a César Román es compleja y que sus relatos, aunque impactantes, deben ser tomados con precaución.
Díaz también señaló que la personalidad de Román se deterioró gravemente en la etapa final de su carrera, cuando sus negocios empezaron a fracasar y su vida personal se volvió más caótica. Heidi Paz fue parte de este oscuro capítulo de la vida de Román, que culminó en la tragedia que todos conocen.
Un Caso Lejos de Concluir
A pesar de estas confesiones, quedan muchas preguntas sin respuesta. El paradero de la cabeza de Heidi Paz, que nunca fue encontrada, sigue siendo un misterio. Este macabro detalle, junto con la posible implicación de un cómplice aún no identificado, sugiere que el caso está lejos de resolverse por completo.
Román concluye su carta expresando su deseo de que este sea un "punto y seguido" tanto en su vida como en la investigación del caso. Sin embargo, la revelación de nuevos detalles y la sombra de un cómplice desconocido hacen que este caso siga siendo uno de los más inquietantes y complejos de la crónica negra española. La justicia puede haber alcanzado a César Román, pero la verdad completa sobre lo sucedido esa fatídica noche en la nave de la Avenida de Córdoba sigue siendo tan oscura como el propio 'Rey del Cachopo'.