El 23 de enero de 2023, Valladolid despertó con la noticia de un doble asesinato en el número 66 del Paseo de Zorrilla. Paloma Pinedo, de 46 años, y su hija India, de 8 años, fueron encontradas sin vida en su domicilio. David Maroto, pareja de Paloma y autor confeso del crimen, se convirtió en el principal sospechoso. Este hecho impactó profundamente a la comunidad. Casi dos años después, el 11 de diciembre de 2024, Maroto será juzgado por estos asesinatos en la Audiencia Provincial de Valladolid.
Un Pasado Marcado por el Control y el Consumo de Drogas
La relación entre Paloma y David comenzó en la primavera de 2022. Ambos tenían hijos de relaciones anteriores y decidieron convivir juntos en el piso de Paloma en el Paseo de Zorrilla. Fue una convivencia breve, de tan solo medio año, pero en la que se evidenciaron comportamientos de control por parte de David. "No la permitía relacionarse con otros hombres ni utilizar un vehículo de gran cilindrada", señala la Fiscalía. David Maroto tenía un historial de consumo de alcohol, cocaína y anfetaminas, y aunque había intentado rehabilitarse en varias ocasiones entre 2003 y 2018, siempre abandonó los tratamientos.En 2017, David había sido denunciado por su anterior pareja por violencia machista, aunque fue absuelto. Esta situación, según el relato de los hechos, seguía siendo un motivo de frustración para él. La noche del crimen, David envió un mensaje de WhatsApp a su exmujer a la 01:30 horas culpándola de lo sucedido: "La culpa es tuya. Esta es la consecuencia".

El Día del Crimen
El 22 de enero de 2023 comenzó como un día aparentemente normal. David Maroto llevó a su hijo a un partido de fútbol en Medina del Campo, mientras que Paloma se quedó en casa con India. La tensión entre la pareja ya era evidente, y según una hermana de David, él estaba molesto porque Paloma no los había acompañado a Medina del Campo.Por la tarde, Maroto dejó a su hijo con su madre y se reunió con amigos en La Cistérniga y el barrio de La Rondilla, donde tomaron varias bebidas. Según la Fiscalía, no consumió drogas esa noche. Mientras tanto, Paloma y su hija India permanecieron en casa.
David regresó al número 66 del Paseo de Zorrilla pasada la medianoche, sin llaves, ya que las había dejado en el coche estacionado en La Cistérniga. Intentó contactar a Paloma reiteradas veces sin éxito, y finalmente, a la 01:00 de la madrugada, llamó al teléfono de trabajo de Paloma, quien finalmente le abrió la puerta.
La Escena del Crimen
Una vez dentro de la vivienda, los hechos se desencadenaron rápidamente. La discusión entre David y Paloma escaló a una brutal agresión. David la atacó con tres cuchillos de la cocina, asestándole múltiples puñaladas en el cuello, la clavícula y el tórax. Durante el ataque, David colocó su mano sobre la boca de Paloma para sofocar sus gritos, lo que impidió que los vecinos pudieran escuchar la brutal agresión. Las puñaladas no fueron realizadas de manera rápida, sino que prolongó el sufrimiento de Paloma, quien intentó defenderse, como lo evidencian las múltiples heridas de defensa en sus brazos y manos.India, quien dormía cerca, se despertó al escuchar la discusión y presenció el ataque a su madre. En un intento desesperado por pedir ayuda, corrió hasta la habitación de su madre para coger el teléfono de trabajo y llamar al 112. La llamada solo duró siete segundos, tiempo suficiente para que David se percatara y le arrebatara el teléfono antes de colgar. India logró realizar otras dos llamadas antes de ser atacada también con los mismos cuchillos. David la persiguió hasta el salón, donde la pequeña India no tuvo posibilidad alguna de defenderse. Fue apuñalada seis veces, incluyendo una cuchillada que penetró en su cabeza atravesando el hueso frontal y otra que seccionó la vena cava superior, provocando su muerte de manera casi instantánea.
La Frialdad del Asesino
Tras acabar con la vida de Paloma e India, David Maroto mostró una actitud que la Fiscalía ha calificado de "especialmente fría y sádica". Primero arrojó el teléfono de trabajo de Paloma y dos bolsas con cocaína por la ventana. Luego, se dirigió a la habitación principal para buscar un puro que había comprado durante un viaje a Cuba. Se fumó el Cohiba parcialmente, dejándolo sobre la encimera de la cocina, al lado del cuerpo sin vida de Paloma. David se paseó por la escena del crimen, fumando y observando los cadáveres, y no mostró signo alguno de arrepentimiento. La imagen del Cohiba a medio consumir, junto a los cuerpos de sus víctimas, es una de las que ha quedado grabada en la memoria de los investigadores.Posteriormente, Maroto llamó a sus hermanas para contar lo ocurrido y confesar su intención de suicidarse. Durante la conversación, que duró más de una hora, el cuñado de Maroto alertó al Servicio de Emergencias 112. Mientras las autoridades trataban de entrar en la vivienda, Maroto se autolesionó con cortes superficiales en el tórax y el cuello, y se tumbó junto al cuerpo de Paloma, usando una cazadora como almohada. Intentó simular un intento de suicidio, pero las heridas que se infligió fueron superficiales y claramente insuficientes para poner en riesgo su vida.
La Llegada de las Autoridades
La policía y los bomberos llegaron al lugar, pero debido a que la puerta tenía el doble cerrojo puesto desde dentro, tardaron dos horas en acceder al interior de la vivienda. Una vez dentro, se encontraron con una escena macabra: los cuerpos sin vida de Paloma e India y a David Maroto con lesiones superficiales que no comprometían su vida. La escena estaba preparada para causar un impacto: el cuerpo de Paloma en la cocina, el Cohiba a medio consumir, y David tumbado junto al cadáver con una cazadora como almohada. Todo parecía calculado para dejar una última imagen que reflejara su dominio y la frialdad de sus acciones.Tres días después de los hechos, el juez decretó la prisión preventiva de David Maroto, destacando la "especial brutalidad" de la agresión. "Concurren todos los requisitos exigidos por la legislación vigente para adoptar la medida cautelar de prisión, pues los delitos imputados están penados con penas muy graves, incluso con la posibilidad legal de aplicar la pena de prisión permanente revisable", señaló el juez.
El Juicio: Búsqueda de Justicia
El juicio contra David Maroto comenzará el 11 de diciembre de 2024 en la Audiencia Provincial de Valladolid, con un jurado popular. La Fiscalía, las acusaciones particulares y la popular, ejercida por la Asociación Clara Campoamor, solicitan para el acusado una pena de 25 años de prisión por el asesinato de Paloma y prisión permanente revisable por la muerte de India, dada su especial vulnerabilidad como menor de 8 años. Además, piden libertad vigilada durante ocho años después de cumplir la pena y las correspondientes indemnizaciones a los familiares de las víctimas.La defensa, por su parte, ha argumentado que David Maroto no era consciente de sus actos debido a la ingesta involuntaria de sustancias suministradas por terceros, y solicita una condena de 25 años por dos delitos de homicidio. Sin embargo, un testigo que estuvo con Maroto esa noche negó que él hubiese consumido drogas y los forenses han confirmado que no presentaba signos de intoxicación.
Este caso ha movilizado a la ciudad de Valladolid, donde se han llevado a cabo varias concentraciones para exigir justicia para Paloma e India y para condenar la violencia de género. La "especial brutalidad" y el comportamiento despiadado de David Maroto han despertado la indignación pública, mientras se espera que la justicia emita un veredicto que haga justicia a las víctimas y sus familias.
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