
El ex cirujano Joël Le Scouarnec, de 74 años, ha comenzado a ser juzgado en Vannes, Bretaña, acusado de cometer abusos sexuales contra 299 menores de edad entre 1989 y 2014. Este proceso, que se extenderá por varios meses, ha sido calificado como el mayor juicio por delitos de pedofilia en la historia de Francia.
Un pasado oculto tras una fachada respetable
Le Scouarnec gozaba de una reputación intachable como cirujano especializado en cirugía visceral y ginecológica, con una carrera de 30 años en diversos hospitales. Casado y padre de tres hijos, nadie en su entorno sospechaba la doble vida que llevaba. Sin embargo, en 2017, una investigación iniciada tras la denuncia de una niña vecina que lo acusó de exhibicionismo y agresión sexual reveló una realidad aterradora.El descubrimiento de los diarios y la evidencia abrumadora
Durante el registro de su domicilio, la policía encontró pruebas que confirmaban la magnitud de sus crímenes. Se hallaron 300.000 archivos de pornografía infantil, así como una colección de 70 muñecas sexuales que representaban niños de distintas edades, algunas con artilugios adheridos. Además, los investigadores encontraron diarios detallados donde Le Scouarnec registraba meticulosamente los abusos cometidos, incluyendo nombres, fechas, edades y descripciones gráficas de sus actos.El acusado escribía con frialdad sobre sus víctimas, a las que llamaba "mi pequeño..." o "mi querida...", expresando en sus notas el placer que obtenía de sus crímenes. En estos documentos, también se autodefinía como "fetichista, sádico, masoquista y pedófilo", mostrando orgullo por sus acciones.
Un sistema que falló repetidamente
El caso de Le Scouarnec también ha sacado a la luz fallos en las instituciones. En 2005, el FBI alertó a las autoridades francesas sobre su acceso a portales de pornografía infantil, pero la investigación se cerró con una suspensión de cuatro meses sin que se tomaran medidas más severas. Además, la asociación médica regional determinó en 2006 que no había violado el código ético, a pesar de las sospechas planteadas por un colega.Las víctimas y el impacto del juicio
Las víctimas de Le Scouarnec, muchas de ellas ya adultas, han tenido que revivir sus traumas al testificar. La mayoría fueron abusadas cuando eran menores de 15 años, mientras estaban anestesiadas en la sala de operaciones. Algunas solo descubrieron lo sucedido a través de la prensa cuando sus nombres aparecieron en los diarios del acusado.Amélie Lévêque, de 43 años, quien fue operada de apendicitis por Le Scouarnec cuando tenía nueve años, relató su impacto al enterarse de lo sucedido: "En pocos segundos, fue como si volviera a tener nueve años y me estuviera recuperando en la clínica. Todos los recuerdos volvieron: las sensaciones, los olores, el frío, el calor, la violación...".
Una posible condena histórica
Le Scouarnec ya fue condenado en 2020 a 15 años de prisión por violar a cuatro menores, entre ellos dos sobrinas, una paciente de seis años y una vecina. Ahora, enfrenta una posible condena de hasta 20 años de cárcel por los 299 nuevos cargos, entre ellos 111 casos de violación agravada y 189 de agresión sexual agravada.El juicio no solo determinará su futuro, sino que también podría marcar un hito en la lucha contra la impunidad de los abusos sexuales en Francia. Organizaciones de defensa de menores han exigido reformas para evitar que casos como este vuelvan a repetirse, así como mayor vigilancia en el sector médico.
El proceso contra Joël Le Scouarnec pone en evidencia no solo los horrores cometidos por un depredador en serie, sino también las fallas sistémicas que permitieron que sus crímenes continuaran durante décadas. A medida que el juicio avance, Francia enfrentará el reto de garantizar justicia para las víctimas y reforzar las medidas de prevención contra la criminalidad sexual infantil.