Castro Urdiales aún no es capaz de asimilar
el brutal crimen que se ha producido en su municipio en las últimas horas. Los dos hijos adoptivos de Silvia, una conocida catequista de la localidad, acabaron este miércoles con su vida.
La mujer recogió a los niños del colegio y cuando estaban ya dentro de la finca fue acuchillada con un objeto punzante dentro del coche. La
Guardia Civil sospecha que el mayor fue el autor del homicidio pero el pequeño colaboró y ocultó el asesinato, según informan fuentes de la investigación a
Vozpópuli.
Silvia L.G., de 48 años, era una mujer muy querida en el municipio ya que llevaba años colaborando con una orden religiosa. Había adoptado de Rusia a sus dos hijos Endika y Jon. Estos chicos no tenían antecedentes pero sí habían protagonizado incidentes dentro de la comunidad, según informan a Vozpópuli fuentes de la investigación.
"Iban por el mal camino", aseguran estas fuentes. Una información que contrasta con lo asegurado por la alcaldesa de Castro Urdiales Susana Herrán quien ha afirmado que son
"académicamente excelentes".
Sin embargo, nada hacía presagiar el cruel asesinato que han protagonizado. Una de las imágenes de la familia que inunda las redes sociales fue la primera comunión de Endika, el menor de los niños. En la imagen se ve al chico, que ahora tiene 13 años, acompañado de su hermano, su padre y su madre.
"Protagonistas de una feliz jornada", según las redes sociales.
Intentaron simular un secuestro
Las investigaciones de la Guardia Civil sospechan que se produjo una discusión dentro del coche cuando les fue a recoger del instituto. Cuando entraron en el garaje de la finca, la madre fue acuchillada con
un objeto punzante en el cuello. Por ello, el coche circuló unos pocos metros y acabó impactando contra la pared del garaje.
Los menores intentaron ocultar el cuerpo en la parte trasera con una bolsa de basura en la cabeza. Mientras estaban ejecutando la acción la abuela llamó por teléfono y respondieron alegando que
"algo no iba bien" y que habían sido secuestrados. También
quitaron algunas prendas de la madre como el abrigo para seguir con su simulación.
Esta información provocó que la madre y el padre de Silvia acudieran al Cuartel de la Guardia Civil. El padre se encontraba trabajando en Bilbao en esos momentos. Los tres familiares, acompañados de los agentes, se desplazaron al domicilio.
Allí vieron la entrada revuelta, una treta que utilizaron para esconder el crimen.
Los menores habían desaparecido. La Guardia Civil solicitó la geolocalización de los dispositivos móviles de los dos menores.
Uno de los menores confiesa el asesinato de su madre
De igual forma, tanto la Policía Local como el Instituto Armado establecieron
controles de salidas y entradas en el municipio cántabro para dar con su paradero, como informó la Asociación S0S Desaparecidos en redes sociales. Ya desde ese momento se les consideraba sospechosos del homicidio aunque no existían denuncias previas entre los hijos y la madre, Silvia L.G. de 48 años. El
principal investigado por el asesinato es el hermano mayor, de 16 años, mientras que el pequeño, de 13, podría haber presenciado el crimen y no haberlo comunicado.
Los jóvenes fueron identificados a las 2:15 horas en el Parque Cotolino de Castro Urdiales. El presunto autor ha sido trasladado a dependencias de la Guardia Civil donde se le tomará
declaración en las próximas horas. El menor fue entregado a la Fiscalía de Menores pero es inimputable. Por el momento se desconoce el detonante del crimen aunque
uno de ellos ya ha confesado haber participado en el asesinato sin desvelar los motivos.
La Guardia Civil confirma con pruebas que ambos menores participaron en el crimen ya que el pequeño presenció todo el apuñalamiento a su madre y ayudó a trasladar el cadáver
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