El caso de Daniel Sancho ha vuelto a poner en primer plano la historia de españoles que, enfrentando graves acusaciones en el extranjero, lograron evitar la pena capital. Sancho, condenado en Tailandia por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha sido sentenciado a cadena perpetua, eludiendo así la pena de muerte. Este desenlace lo une a un grupo selecto de compatriotas que, a lo largo de los años, han logrado escapar del corredor de la muerte en distintos países. A continuación, detallamos sus historias.
Pablo Ibar: Un largo camino hacia la cadena perpetua
Pablo Ibar, sobrino del boxeador José Manuel Ibar "Urtain", ha pasado más de la mitad de su vida tras las rejas en Estados Unidos. Fue acusado en 1994 del asesinato de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de las modelos Marie Rogers y Sharon Anderson. A pesar de su insistente proclamación de inocencia, en el año 2000 fue condenado a muerte. Sin embargo, tras pasar 16 años en el corredor de la muerte, en 2016 un tribunal anuló su condena al considerar que las pruebas presentadas eran insuficientes. Finalmente, en un nuevo juicio, la pena capital fue sustituida por cadena perpetua, ratificada por el Tribunal de Apelaciones de Florida.
Nabil Manakli: Diplomacia en Yemen
Nabil Manakli, ciudadano de origen sirio nacionalizado español, fue arrestado en Yemen en 1997 bajo acusaciones de terrorismo. El ingeniero fue condenado a muerte en un proceso marcado por denuncias de tortura y confesiones forzadas. La diplomacia española, con la intervención directa del Rey Juan Carlos, logró finalmente que su sentencia fuera conmutada en 2010, permitiendo su extradición a España. Este desenlace fue el resultado de años de gestiones diplomáticas que comenzaron poco después de su arresto.
Francisco Larrañaga: La abolición de la pena de muerte en Filipinas
Francisco Larrañaga, con doble nacionalidad española y filipina, fue condenado en 1997 por el secuestro, violación y asesinato de dos hermanas en Filipinas, a pesar de su insistencia en que se encontraba a 300 kilómetros del lugar de los hechos. En 2004, fue sentenciado a muerte, pero la abolición de la pena capital en Filipinas en 2006 salvó su vida. Posteriormente, un acuerdo de traslado de condenados entre Filipinas y España permitió que desde 2009 cumpla su condena de cadena perpetua en España.
Joaquín José Martínez: El primer español exonerado del corredor de la muerte
En 1997, Joaquín José Martínez fue condenado a muerte en Florida por el asesinato de Sherry McCoy y Douglas Lawson. Tres años más tarde, su sentencia fue anulada por el Tribunal Supremo de Florida debido a irregularidades en el juicio. En 2001, un nuevo juicio concluyó con su absolución, permitiéndole regresar a España. Su caso marcó un hito, siendo el primer español en salir del corredor de la muerte en Estados Unidos.
Richard Anthony Meissner: Conmutación de la inyección letal
Richard Anthony Meissner, hijo de un estadounidense y una española, fue condenado en 1995 a la inyección letal por el homicidio de la estudiante Gina Langevin y otros crímenes en Estados Unidos. Sin embargo, gracias a una intensa movilización por parte de su familia y diversas organizaciones españolas, en 1997 su pena fue conmutada por cadena perpetua. Su familia continúa luchando por su extradición a España.
Julio Mora: Una condena anulada por irregularidades judiciales
Julio Mora Zamora fue condenado a muerte en 1998 en Florida, acusado de asesinar a su supervisor y a una abogada en el transcurso de una disputa laboral. No obstante, en 2002, el Tribunal Supremo de Florida anuló su condena debido a irregularidades en el juicio y problemas de salud mental. A pesar de librarse de la pena capital, Mora pasó 21 años encarcelado antes de fallecer por causas naturales en 2019.
Artur Segarra: Perdón real en Tailandia
En 2017, Artur Segarra fue condenado a muerte en Tailandia por el asesinato de su compatriota David Bernat, cuyo cuerpo fue desmembrado y arrojado al río Chao Phraya. Tres años después, su pena fue conmutada a cadena perpetua gracias a un acto de clemencia del rey de Tailandia, Vajiralongkorn. Segarra continúa cumpliendo su condena en una prisión de máxima seguridad en Bangkok.
Daniel Sancho: El último en unirse a la lista
Daniel Sancho, hijo del conocido actor Rodolfo Sancho, fue condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato premeditado de Edwin Arrieta. A pesar de la gravedad de sus delitos, la justicia tailandesa conmutó la pena de muerte por cadena perpetua, siguiendo la tendencia habitual en casos que involucran a extranjeros.
Este conjunto de historias ilustra las complejidades y riesgos que enfrentan los ciudadanos españoles al ser juzgados en el extranjero, especialmente en países donde la pena de muerte sigue vigente.
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