Collins, el mayor asesino en serie de África del siglo XXI: 42 mujeres en dos años, incluida su esposa... Y guardaba sus bragas

LECrim · 20 Jul 2024

"Con cuerpo de atleta, tiene la mirada indiferente...". Así le describen los habitantes de Mukuru Kwa Djenga, un popular suburbio al sur de Nairobi, la capital de Kenia, donde vivía este carnicero. Cuando le encontraban en las calles, nada les hacía pensar que estaban ante un asesino en serie, un ser inhumano. Collins Jumaisi Khalusha, 33 años, llevaba aparentemente una existencia normal. A los ojos de todos, una persona muy amable. Pero Collins escondía bien su doble personalidad: desde hace mucho tiempo daba rienda suelta a impulsos criminales.
Collins nació en 1991 en una zona rodeada de aldeas Mukuru: Mukuru kwa Reuben, Mukuru kwa Njenga, Sinai, Paradise, Jamaica, Kingstone, Mariguini, Fuata Nyayo y Kayaba... Su población total se aproxima a los 100.000 habitantes. Mukuru Kwa Njenga es un barrio pobre y forma parte de los barrios marginales de Nairobi. Es aquí que siempre ha vivido Collins, en una familia sin historia y que hubiera preferido quedarse sin ella. Todos le consideraban un joven tímido. Justificaban su retraimiento a que había perdido a su esposa Imelda Judith Kamenya en 2022. Ocurrió solo unos días después de su boda. Nadie hubiera sospechado que él mismo había sido el responsable de su desaparición. Con Judith, inició una serie de asesinatos viles e inimaginables.
Cuando era pequeño, Collins estaba acostumbrado a ver a sus padres discutir muy a menudo. Su madre Josephine Adisa, para mantener a la familia, hacía malabarismos con pequeños trabajos. Collins tenía seis años cuando sus padres se divorciaron. Esta separación crearía en él un sentimiento de ira. Acusaba especialmente a su madre. ¿Ésta fue la causa de su desencanto con las mujeres? La investigación que se ha abierto nos lo revelará", subraya el analista ecuatoguineano Eleme Asumu.
Frente a las dificultades de la vida, Collins crecerá entonces realizando pequeños trabajos lejos del control de sus dos padres separados, hasta el día en que descubre su pasión por asesinar a mujeres con las que ensaña descuartizándolas. Cuando comienza su ola de asesinatos en 2022, justamente con su esposa Imelda Judith Kamenya, la familia de la jovencita intentó localizarla. Collins les miente afirmando que se fue lejos de Nairobi por negocios. Pero en realidad, según sus primeras confesiones, la noqueó con un garrote, la decapitó y luego la enterró en un terreno baldío en las afueras de Mukuru Kwa Djenga. A día de hoy, todavía no ha explicado las razones que empujaron de matar a su esposa.
El asesino en serie cayó por el empeño de una madre. La desesperada Omore Kemenya no cesó en acudir a la policía para que encuentren a su hija Imelda. Los agentes investigaron su teléfono móvil y le interrogaron. Para sorpresa de los policías, Collins no sólo confesaría el asesinato de su mujer. Acumulaba 42 muertes en sólo dos años.

Atacaba a mujeres desamparadas. El modus operandi es el mismo. Se acercaba a ellas, las drogaba o noqueaba. Tras secuestrarlas, una vez que estaban en su casa, las mataba. Desmembraba los cuerpos de sus víctimas con un machete, antes de meterlos en bolsas y tirarlos al vertedero. Dentro de su vivienda apareció el machete con el que las descuartizaba y objetos personales que se quedaba como 'trofeo'. Guardaba sus bragas.
¿Por qué lo hizo? Uno de sus primos, que solicitó el anonimato, dice a Crónica que "Collins fue víctima de negligencia parental cuando era niño". Esta falta de afecto puede ser la base de sus extraños comportamientos infantiles, así como su odio por las mujeres. Además, se sospecha también que hay detrás poderosas fantasías sexuales.
Según las autoridades, en el momento de su detención, el sospechoso estaba atrayendo a otra víctima. Era justo tras la final de la Copa de Europa entre España e Inglaterra, que Collins había presenciado en un bar de Nairobi. "Estamos ante un asesino en serie, un asesino en serie psicópata que no respeta la vida humana", afirma el jefe de la Dirección de Investigación Criminal de la policía keniana, Mohammed Amin.
"Confesó haber atraído, matado y eliminado 42 cadáveres de mujeres en el vertedero de Mukuru, en el sur de la capital keniana", completa Amin, quien anunció que habían arrestado a este "psicópata que usaba un machete para desmembrar a las víctimas", completa el oficial, quien no dudó en describir a Collins como un "vampiro". Según la policía, todos estos asesinatos ocurrieron entre 2022 y el 11 de julio de 2024.

No actuaría solo. Podría tener un cómplice, quien también está detenido. Uno de los teléfonos de las víctimas ha permitido a la policía descubrirlo. Se sabe también que la edad de las asesinadas se sitúa entre 18 y 30 años. Este caso aparece también oportunamente, justamente cuando las fuerzas y cuerpos de seguridad de Kenia han estado bajo enorme presión por la muerte de decenas de personas en junio durante las protestas contra los aumentos de impuestos planeados por el Gobierno. Las estadísticas más recientes hablan de más de 725 muertes de mujeres por violencia machista en el país, según un informe de la ONU.
Collins se convierte con sus 42 asesinatos en el mayor asesino en serie de la historia de Kenia. En la historia del continente, sólo le supera William Unek, que actuó en el Congo belga entre 1954 y 1957, con 57 víctimas mortales. Y deja atrás al sudafricano Moses Sithole, con 38 asesinatos confirmados entre 1994 y 1995, aunque se sospecha que cometió hasta 72. Para más inri, también los 42 que ha confesado Collins incluso se podrían quedar cortos.
Continúan las búsquedas por parte de voluntarios en los vertederos. Con énfasis en el del distrito Mukuru de Nairobi, a menos de 100 metros de una comisaría de policía y de la casa de Collins. Mientras, Kenia está en luto. El presidente William Ruto declaró tres días de duelo nacional. Todo eso a causa de Collins, quien es el mayor asesino en serie de África en el siglo XXI.