
La ciudad de A Coruña ha sido escenario de dos de los episodios más trágicos y, a la vez, transformadores en la historia reciente de la lucha contra la violencia homófoba en España. Ambos casos, aunque separados por más de una década, están vinculados por un mismo hilo de odio que ha dejado profundas cicatrices en la comunidad LGBTI y en la sociedad coruñesa. Por un lado, la brutal agresión que sufrieron Iago y su pareja en 2010, y por otro, el asesinato de Samuel Luiz en 2021. Estos sucesos no solo marcaron a las víctimas, sino que también propiciaron una respuesta social que sigue resonando hasta el día de hoy.
En 2010, una joven pareja, Iago y Yago, sufrió una agresión homófoba en los jardines de Méndez Núñez, en el corazón de A Coruña. Aquella noche, un grupo de jóvenes radicales, envalentonados por el alcohol, decidió seguir a la pareja solo porque los vieron caminar de la mano. En la madrugada, la tensión estalló y comenzaron a golpearlos brutalmente. Yago fue el que sufrió las mayores heridas físicas, con fracturas en la nariz y los brazos, mientras que Iago, aunque salió físicamente menos afectado, llevó consigo el dolor psicológico durante años. El ataque fue tratado como una “reyerta” por las autoridades, y la pareja tuvo que lidiar no solo con las secuelas físicas y emocionales, sino también con una falta de apoyo institucional que los dejó desprotegidos. Los medios de comunicación tampoco ayudaron a aliviar la angustia, y la pareja pagó un alto precio por haber denunciado públicamente la agresión y darle un rostro visible a la violencia homófoba.
Aquella agresión, aunque devastadora, tuvo un impacto inesperado. Por primera vez, A Coruña salió a la calle en masa para apoyar al colectivo LGBTI. Fue una manifestación histórica, que congregó a miles de personas, muchas de ellas no pertenecientes al colectivo, que se unieron para decir basta a la homofobia. Aquella concentración en la plaza del Obelisco marcó el nacimiento del Orgullo LGBTI coruñés tal como lo conocemos hoy, una celebración que cada mes de junio recuerda ese acto de valentía que Iago y Yago protagonizaron al denunciar su ataque. El apoyo ciudadano fue abrumador, y desde entonces, A Coruña ha sido un referente en la lucha por los derechos de las personas LGBTI.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados, el odio y la discriminación seguían presentes. En 2021, once años después de la agresión a Iago y Yago, el asesinato de Samuel Luiz conmocionó no solo a A Coruña, sino a toda España. Samuel, un joven de 24 años, fue atacado por un grupo de jóvenes mientras hacía una videollamada en la madrugada del 3 de julio. Uno de los agresores lo acusó falsamente de estar grabándolo y, acto seguido, comenzó a golpearlo mientras le gritaba insultos homófobos. En cuestión de segundos, el grupo se sumó a la agresión, persiguiendo a Samuel por las calles mientras intentaba escapar. El ataque duró apenas seis minutos, pero fue suficiente para acabar con la vida del joven, quien murió horas después en el hospital. Dos jóvenes senegaleses intentaron ayudarlo, pero fue imposible detener la brutalidad del grupo.
La noticia de su asesinato recorrió rápidamente el país, provocando una oleada de indignación y protestas. En A Coruña, cientos de personas se concentraron en el lugar donde Samuel fue asesinado, y se celebraron vigilias en su memoria en las principales ciudades españolas. Para muchos, el asesinato de Samuel Luiz fue un recordatorio doloroso de que la lucha contra la homofobia aún no había terminado, y que a pesar de los avances logrados, el odio seguía acechando a las personas LGBTI.
Para Iago, que ya había vivido en carne propia el dolor de una agresión homófoba, el caso de Samuel reabrió viejas heridas. Aunque habían pasado 14 años desde que fue atacado, el asesinato de Samuel le hizo revivir el trauma que pensaba haber superado. "Pensé que había superado aquello, pero las consecuencias psicológicas explotaron con el caso Samuel", confesó. A pesar de haber estado en terapia durante años, el asesinato le hizo revivir la impotencia, el estrés postraumático y el dolor que había guardado durante más de una década. El juicio por el asesinato de Samuel Luiz, que comenzará el próximo 16 de octubre de 2024, se presenta como una oportunidad para que, al menos, se haga justicia por la vida de Samuel, algo que Iago y su pareja de entonces no consiguieron.
Tres años después de su asesinato, los cinco acusados de participar en la paliza que acabó con la vida de Samuel Luiz se enfrentarán a un juicio que será seguido de cerca por toda España. La Fiscalía ha solicitado entre 22 y 25 años de prisión para los acusados, todos ellos imputados por el delito de asesinato. Aunque no se ha calificado oficialmente como un delito de odio, la Fiscalía reconoce que hubo un claro agravante de discriminación por la orientación sexual que los agresores atribuían a Samuel. Dos de los agresores, menores en el momento de los hechos, ya fueron juzgados en 2022 y cumplen condenas de tres años y medio en un centro de internamiento.
El asesinato de Samuel Luiz ha dejado una profunda huella en la sociedad coruñesa, pero también ha fortalecido el compromiso con la lucha contra la homofobia. En estos tres años, se han organizado vigilias y concentraciones en su memoria, manteniendo vivo el recuerdo de un joven cuya vida fue arrebatada por el odio. La última vigilia, celebrada el pasado 3 de julio, congregó a más de un centenar de personas en el lugar donde Samuel fue asesinado, en la Avenida de Buenos Aires, en un acto que, más que un lamento, fue una celebración de su vida y un clamor por justicia.
A Coruña ha demostrado ser un bastión en la lucha por los derechos LGBTI. Hoy en día, cuenta con un Observatorio contra la LGTBIfobia que se dedica a registrar y acompañar a las víctimas de ataques de odio, y organizaciones como Les Coruña, Avante LGBTI+ y el Comité Anti Sida siguen trabajando incansablemente para crear una sociedad más inclusiva y libre de odio. Sin embargo, el consenso es claro: a pesar de los avances logrados, la lucha está lejos de terminar. La homofobia y la discriminación siguen siendo una amenaza constante, y casos como el de Samuel Luiz son recordatorios dolorosos de que el camino hacia la igualdad aún es largo y difícil.
El juicio por el asesinato de Samuel Luiz será un momento crucial, no solo para la familia del joven, sino para toda la comunidad LGBTI y la sociedad en general. A Coruña, una ciudad que ha sido testigo del dolor y la violencia, también ha demostrado ser un lugar donde la resistencia y la lucha por los derechos humanos se fortalecen con cada nuevo obstáculo. La memoria de Samuel Luiz y el coraje de personas como Iago siguen siendo faros de esperanza en un mundo donde la lucha por la igualdad es más necesaria que nunca.