El 24 de marzo de 1993, el asesinato de Carmen Van Huss conmocionó a la comunidad de Indianápolis. La joven de 19 años fue encontrada muerta en su apartamento, brutalmente apuñalada y violada. Su padre descubrió el cuerpo después de que un compañero de trabajo de Carmen, preocupado por su ausencia en el restaurante Pizza Hut donde trabajaba, lo alertara. La autopsia reveló que había sido apuñalada 61 veces, un crimen extremadamente violento que dejó a la policía con muchas preguntas y pocas respuestas.
En los días y meses posteriores al crimen, la policía entrevistó a múltiples testigos y siguió diversas pistas, pero ninguna resultó ser concluyente. Carmen vivía en un complejo de apartamentos, donde las unidades compartían una sala de lavandería. Se pensó que el atacante podría haber utilizado ese espacio compartido para acercarse a ella, pero las investigaciones no lograron identificar a un sospechoso claro. A pesar de los esfuerzos de los detectives, el caso se enfrió y permaneció sin resolver durante años.
Uso de la genealogía genética para resolver el caso
El avance significativo en la investigación llegó en 2018, cuando los detectives decidieron recurrir a la genealogía genética, una herramienta emergente que utiliza ADN y árboles genealógicos para identificar a posibles sospechosos. El Departamento de Policía Metropolitana de Indianápolis envió muestras de ADN recogidas en la escena del crimen a Parabon NanoLabs, una empresa especializada en este tipo de análisis.El ADN hallado en la escena del crimen se utilizó para crear un perfil genético del sospechoso. A través del fenotipado de ADN, que puede predecir características físicas del sospechoso como el color de ojos, piel y cabello, y mediante la comparación de muestras de ADN con bases de datos genealógicas, los investigadores pudieron reducir la lista de posibles sospechosos. Sin embargo, el proceso llevó años debido a la necesidad de obtener datos adicionales y realizar investigaciones complementarias.
En 2023, después de años de trabajo, los investigadores lograron identificar a Dana Shepherd como el principal sospechoso. Shepherd, que en el momento del asesinato de Carmen Van Huss tenía 21 años, vivía en el mismo complejo de apartamentos que la víctima. Los registros judiciales revelan que las dos unidades compartían una sala de lavandería común, lo que proporcionó la oportunidad para que el sospechoso tuviera acceso a Carmen.
La detención de Dana Shepherd
El 20 de agosto de 2024, Dana Shepherd fue arrestado en Columbia, Missouri, tras confirmar que su perfil genético coincidía con el ADN encontrado en la escena del crimen y en el cuerpo de Carmen Van Huss. La Agencia de Servicios Forenses del Condado de Marion fue la responsable de realizar las pruebas finales que vincularon a Shepherd directamente con el crimen. Shepherd, de 52 años, trabajaba como conserje en la Universidad de Missouri al momento de su detención y no tenía antecedentes conocidos relacionados con este tipo de crímenes.Shepherd fue detenido sin derecho a fianza en el Condado de Boone, Missouri, y se espera su extradición a Indianápolis para enfrentar cargos de asesinato y violación. Las autoridades indicaron que Shepherd se negó a hablar con los investigadores tras su arresto, solicitando representación legal antes de cualquier declaración.
Impacto de la investigación en la familia Van Huss
El arresto de Shepherd fue recibido con sentimientos encontrados por la familia de Carmen. Jimmy Van Huss, el hermano menor de la víctima, declaró que, aunque el arresto trajo algo de alivio, también reavivó el dolor de la pérdida. Jimmy tenía 13 años cuando su hermana fue asesinada, y durante la conferencia de prensa recordó cómo Carmen era una joven con una vida llena de promesas, apasionada por el arte y los animales. Para su padre, quien fue la persona que encontró a Carmen muerta en su apartamento, el trauma fue profundo y duradero.Jimmy también aprovechó la oportunidad para abogar por el uso continuo de la genealogía genética en otros casos sin resolver, con la esperanza de que más familias puedan obtener las respuestas que su familia había buscado durante tantos años. Aunque el proceso fue largo y frustrante, la familia Van Huss finalmente pudo tener un cierre parcial con la detención de Shepherd, después de más de tres décadas de espera.
Desarrollo de la investigación y avances tecnológicos
Este caso destaca el impacto que la genealogía genética ha tenido en la resolución de crímenes que anteriormente parecían imposibles de resolver. Los avances en la tecnología de ADN han permitido no solo identificar a sospechosos en crímenes recientes, sino también reabrir investigaciones de décadas pasadas. En el caso de Carmen Van Huss, el ADN fue clave para revivir una investigación que había quedado en suspenso durante muchos años.El uso de la genealogía genética ha crecido exponencialmente desde su primera aplicación en casos criminales, y ha sido responsable de la resolución de múltiples casos fríos en todo el mundo. Sin embargo, este proceso requiere tiempo y una gran cantidad de recursos, ya que implica no solo la recolección de muestras, sino también la comparación con bases de datos cada vez más grandes y la investigación genealógica.
En este caso, la clave para la identificación de Shepherd fue la combinación de técnicas tradicionales de investigación con la tecnología moderna. A pesar del tiempo transcurrido, los investigadores siguieron pistas adicionales y revisaron pruebas forenses antiguas, lo que finalmente llevó al arresto de Shepherd. Su detención representa un avance significativo no solo para la familia de Van Huss, sino también para la comunidad de Indianápolis, que fue impactada por la brutalidad de este crimen hace más de 30 años.
La genealogía genética ayuda identificar sospechoso de asesinato de una joven en 1993
Dana Shepherd, de 52 años, fue detenido el 20 de agosto acusado del asesinato y violación de Carmen Van Huss, de 19 años
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