Mensajes que aportó el amigo de los investigados
El triple asesinato ocurrido en Chiloeches (Guadalajara) el 13 de abril de 2024 dejó como víctimas a la familia Villar Fernández: Ángel y Elvira, ambos de 52 años, y su hija Laura, de 22 años. El crimen se produjo de forma violenta, y la investigación ha permitido la detención de varios implicados, que según las autoridades estaban involucrados tanto en el asesinato como en la planificación de un robo.
Correo electrónico que desvela claves del crimen
La investigación avanzó gracias a la colaboración de un amigo de los detenidos, quien tras conocer lo sucedido por la televisión decidió contactar con la Guardia Civil. El 16 de abril envió un correo electrónico a la dirección colabora@guardiacivil.org solicitando una reunión. Durante su declaración el 18 de abril, este testigo aportó información sobre los implicados, mencionando la intención de Cristian Borja, exnovio de Laura, de llevar a cabo un robo en la vivienda de la familia. Esta información permitió la detención de Borja.
Desarrollo de los hechos
La madrugada del 13 de abril, Fernando P. S., de 23 años, entró en la vivienda de la familia Villar Fernández en la urbanización Medina Azahara armado con dos machetes. Fue transportado hasta la casa por su cómplice, David M. A., quien esperó fuera del lugar en el coche, propiedad de la madre de Fernando. La intención inicial era robar objetos de valor y joyas, para lo cual contaban con información sobre la supuesta existencia de bienes valiosos.
Una vez dentro de la vivienda, Elvira advirtió la presencia del intruso y llamó al 112 a las 03:05 de la madrugada. Fernando, temiendo ser identificado, atacó violentamente a la familia. El matrimonio fue acuchillado en su habitación y Laura en las escaleras de la casa. Los cuerpos presentaban decenas de puñaladas, lo cual evidencia un ensañamiento significativo por parte del autor.
Tras el ataque, Fernando robó algunos relojes y joyas y procedió a incendiar la planta baja del chalé con la intención de borrar pruebas. Sin embargo, el incendio solo afectó parcialmente la vivienda. Yerai, el hijo menor de la familia, logró escapar. Después de escuchar los gritos, bloqueó la puerta de su habitación y huyó por la cocina para pedir ayuda. A su regreso, encontró la vivienda envuelta en llamas.
Heridas, huida y pruebas adicionales
El sumario del caso refleja la magnitud de la violencia ejercida durante el triple crimen. Fernando resultó con heridas en los brazos y piernas, posiblemente debido al forcejeo con Ángel, quien intentó defenderse. Tras cometer el crimen, Fernando intentó destruir pruebas provocando un incendio en la vivienda, pero dejó atrás el arma homicida, que fue encontrada más tarde entre las cenizas de la casa de la familia.
Heridas en piernas y brazos del presunto asesino
Fernando huyó del lugar y fue captado por varias cámaras de seguridad, incluyendo las ubicadas en la urbanización y en el Hiper Usera de Pioz. David, su cómplice, lo dejó en la entrada de la urbanización antes del crimen, y luego fue visto estacionado con el coche de la madre de Fernando cerca de la garita de seguridad, mostrando un comportamiento nervioso.
En el hostal Cervantes de Daganzo, donde Fernando se escondió junto con Windybeth Bonny Guaidó, la Guardia Civil encontró la colección de relojes robados de la casa de la familia Villar Fernández. Uno de los relojes tenía la imagen de un ser querido de la familia asesinada, lo cual representó una prueba contundente en su contra. Además, se encontraron 14 relojes, cinco pulseras, una de ellas con la inscripción de Elvira y una fecha, pendientes y collares. El registro también reveló la presencia de una tableta de hachís de 65,58 gramos y dos paquetes de tusi (pastillas rosas) que sumaban 348,9 gramos.
Detenciones y proceso judicial
Las autoridades lograron identificar a los sospechosos gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad de la urbanización. David fue arrestado inicialmente, y posteriormente condujo a los agentes hasta Fernando y Windybeth Bonny Guaidó, la novia de Fernando, en el hostal de Daganzo. Windybeth fue detenida como encubridora. Durante el registro en el hostal, se encontraron los objetos robados de la vivienda de la familia Villar Fernández, así como la droga incautada.
Cristian Borja, exnovio de Laura, fue detenido más tarde bajo la sospecha de ser el inductor del robo. Según las investigaciones, Borja había hablado previamente sobre los bienes de la familia, mencionando la existencia de relojes valiosos y una suma considerable de dinero. La información aportada por el amigo de los detenidos fue crucial para su arresto. Las antenas telefónicas ubicaron a Cristian en las proximidades de la urbanización pocas horas antes del crimen, confirmando su presencia en el lugar.
El botín y las evidencias
El botín obtenido por Fernando tras cometer el crimen consistió en 14 relojes de bajo valor, ningún reloj superaba los 300 euros y algunos tenían un valor tan bajo como 30 euros. Además, logró llevarse 1.050 euros en efectivo. La investigación también reveló que los implicados, además de no tener empleo ni estudios, eran consumidores habituales de drogas y que habían planificado el robo sin demasiados detalles, con el fin de resolver deudas pendientes. Durante la inspección de la casa de las víctimas, los agentes encontraron que Fernando había dejado relojes, pulseras y 500 euros en billetes de cincuenta.
El arma utilizada en el crimen, una bayoneta, fue encontrada en la casa de la familia entre las cenizas del incendio. Además, en la casa de la madre de Fernando, en Pioz, se localizó una navaja de diez centímetros escondida bajo uno de los colchones, aunque no fue identificada como el arma principal del crimen.
Los tres detenidos, Fernando, David y Windybeth, participaron en la reconstrucción de los hechos, la cual se llevó a cabo en el chalé de la familia durante varias horas. Se espera que en breve pasen a disposición judicial. Además, se están analizando las huellas dactilares y otras pruebas recogidas en la escena del crimen, así como las grabaciones de las cámaras de seguridad para obtener una mayor claridad sobre el desarrollo de los hechos.
El triple crimen conmocionó a la comunidad de Chiloeches, donde la familia había residido durante dos décadas. Los vecinos se reunieron para guardar minutos de silencio en señal de duelo, y el Ayuntamiento decretó dos días de luto oficial. La investigación continúa abierta y se está a la espera del juicio para que se determinen las responsabilidades penales de cada uno de los detenidos.
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