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Por primera vez, un holograma clama justicia: Ámsterdam busca aclarar un asesinato sin resolver de 2009

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¿Quién mató a Betty Szabó? Esta es la pregunta que la Policía de Ámsterdam quiere responder, 15 años después del brutal asesinato de la joven húngara de 19 años en el Barrio Rojo de la ciudad. La polémica campaña, que utiliza un holograma tridimensional de la joven conocida como "Betty", busca captar la atención de los transeúntes y conseguir una pista definitiva para cerrar un caso que ha quedado en el olvido, a pesar del impacto que tuvo en su momento.


View: https://www.youtube.com/watch?v=9P_VKZozx38

El 20 de febrero de 2009, Betty Szabó fue hallada muerta en una sala del Barrio Rojo, en Oudezijds Achterburgwal, apuñalada en repetidas ocasiones y bañada en sangre. La joven había llegado de Hungría apenas un año antes, con la esperanza de cambiar su vida y mejorar su situación económica. Sin embargo, el camino elegido la llevó a ejercer como trabajadora sexual en uno de los distritos más sórdidos de Ámsterdam. A pesar de las investigaciones iniciales y de la detención de un sospechoso que posteriormente fue liberado por falta de pruebas, el caso de Betty quedó como uno más en la lista de casos sin resolver.

Ahora, con una técnica innovadora, la policía intenta reavivar la memoria de los testigos que pudieran tener información valiosa. El holograma de Betty se proyecta desde el 9 de noviembre hasta el 16 de noviembre, con la esperanza de que alguien que antes se mantuvo en silencio decida hablar. Este holograma muestra a la joven con pantalón vaquero corto y top negro con motivos amarillos, golpeando el cristal de uno de los ventanales típicos del Barrio Rojo, soplando para crear vaho y escribiendo la palabra "ayuda". Es una representación que, aunque no es idéntica a la original, fue creada con ayuda de sus familiares en Hungría, buscando el equilibrio entre el impacto visual y el respeto a la víctima.

A ambos lados del holograma se han instalado dos puertas que detallan la vida y las circunstancias de la muerte de Betty. Según la información recopilada, Betty tuvo una infancia difícil en el noreste de Hungría, marcada por la pobreza. A pesar de sus limitadas oportunidades, fue una buena estudiante, dedicaba su tiempo libre a la jardinería y al violín, instrumento con el que incluso ganó premios. La situación cambió drásticamente en su adolescencia: perdió 25 kilos y decidió emigrar a Ámsterdam, donde se convirtió en trabajadora sexual. Durante su estancia, quedó embarazada y, a pesar de las dificultades, siguió trabajando durante la gestación, ganándose el apodo de "pingüino" entre sus compañeras. Su hijo, nacido tres meses antes de su muerte, fue dado en adopción a una familia holandesa.

El asesinato de Betty ocurrió en una de las noches más frías del invierno de 2009. Aquella noche, sus compañeras notaron que algo no iba bien. Betty siempre escuchaba música a alto volumen, pero ese día el silencio invadió su habitación. Tras no verla en su ventana, dos de sus compañeras fueron a buscarla y la encontraron en un charco de sangre, sin vida. La escena era dantesca: Betty había recibido múltiples puñaladas, pero no había ninguna pista clara que pudiera conducir a su asesino.

Con la proyección del holograma, la policía pretende apelar a la memoria de quienes pudieran haber estado en el Barrio Rojo esa noche. La zona, una de las más concurridas y turísticas de Ámsterdam, atrae a personas de todo el mundo, lo que complica la identificación de testigos. No obstante, la tecnología del holograma y la recompensa de 30.000 euros buscan motivar a alguien que haya visto algo relevante a compartirlo, aunque haya pasado más de una década. “Betty fue asesinada en uno de los lugares más transitados de Ámsterdam, quizá incluso de todo Países Bajos”, afirma Anne Dreijer-Heemskerk, del Equipo de Casos sin Resolver. La policía también ha proporcionado un número gratuito (0800 - 6070) y un correo electrónico (coldcase.amsterdam@politie.nl) para quienes puedan aportar información.

Esta no es la primera vez que la Policía de Ámsterdam utiliza tecnología de vanguardia para intentar resolver un caso sin resolver. En 2022, se usó un montaje de vídeo hiperrealista, creado mediante inteligencia artificial, para intentar resolver el asesinato de Sedar Soares, un adolescente de 14 años que fue asesinado a tiros en Róterdam en 2003. Con permiso de la familia, el vídeo mostraba al joven como si estuviera vivo, caminando con un balón de fútbol en la mano, mientras su hermana pedía ayuda a los posibles testigos. En aquella ocasión, la recompensa era de 40.000 euros, y se consideró una primicia mundial en el uso de esta tecnología para la resolución de crímenes.

La campaña de Betty Szabó ha generado opiniones divididas. Algunos se preguntan si el uso de un holograma es útil o si simplemente se trata de una última maniobra desesperada para captar la atención pública. La controversia sobre la utilización de una imagen tan impactante ha dividido a la opinión pública, ya que mientras algunos consideran que se está haciendo uso de una técnica respetuosa y necesaria para resolver el caso, otros creen que se trata de una explotación innecesaria de la tragedia. Sin embargo, entre las dudas y el escepticismo, algunos ciudadanos holandeses apoyan la idea, señalando que, al menos, es una forma de sacudir conciencias y no dejar que el caso de Betty sea olvidado por completo.

El coordinador del equipo de personas buscadas y desaparecidas, Benjamin van Gogh, ha reconocido que se sienten nerviosos con esta iniciativa, ya que es la primera vez que utilizan una tecnología de este tipo. "Queremos hacer justicia a Betty, a su familia y amigos, y al caso", explicó en un comunicado de prensa. La campaña también incluye pantallas en el Barrio Rojo donde se muestran descripciones de la vida de Szabó, su pasado, su muerte, e incluso un documental sobre el caso.

A pesar de las críticas, el objetivo de la policía es claro: darle justicia a Betty y a su familia. “Esperamos que quienes antes tenían miedo o guardaban silencio por otros motivos, ahora se atrevan a presentarse”, concluye Dreijer-Heemskerk. La historia de Betty es conmovedora y recuerda la situación vulnerable de muchas mujeres que, como ella, buscan una oportunidad de vida mejor y terminan atrapadas en un trágico destino.
 
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