Detención en Mas d'Enric
María Ángeles Molina Fernández, conocida mediáticamente como Angie por haber perpetrado el denominado "crimen casi perfecto", ha sido detenida este lunes 24 de marzo de 2025 en el centro penitenciario Mas d'Enric (Tarragona). Molina fue arrestada por los Mossos d'Esquadra justo cuando regresaba de disfrutar de un permiso penitenciario.La investigación policial, dirigida por una juez de instrucción de Tarragona y desarrollada durante meses por la Divisió d’Investigació Criminal (DIC) de los Mossos, apunta a que Angie habría orquestado desde prisión el asesinato de una persona mediante la contratación de sicarios. Según fuentes penitenciarias, tras su arresto, los agentes realizaron un registro exhaustivo en su celda en busca de evidencias que respalden la acusación.
Protección policial a la víctima
La investigación reveló que Molina planeaba el crimen desde dentro de la cárcel y ya había contactado con sicarios para ejecutarlo. Aunque el asesinato no llegó a consumarse, la policía tomó la decisión preventiva de proporcionar protección a la potencial víctima. La investigación sigue abierta y, según declaraciones policiales recogidas por diferentes medios, está "muy avanzada", aunque no se han dado más detalles por motivos de seguridad.
Repercusiones penales
Angie cumplía condena desde el año 2013 por el asesinato en 2008 de su amiga y compañera de trabajo, Ana María Páez Capitán. Inicialmente condenada a 22 años por asesinato y falsedad documental, el Tribunal Supremo rebajó posteriormente la pena a 18 años por considerar el delito como homicidio doloso al no demostrarse plenamente la alevosía.
Este nuevo delito por conspiración al asesinato podría acarrearle hasta 10 años adicionales de prisión, complicando gravemente su salida, prevista inicialmente para 2026.
Antecedentes: el crimen "casi perfecto"
El caso que hizo famosa a Angie tuvo lugar en febrero de 2008, cuando asesinó a Ana Páez en un piso alquilado del barrio de Gràcia en Barcelona. Su intención era cobrar varios seguros de vida que había contratado previamente, suplantando la identidad de la víctima durante dos años. La escena fue manipulada meticulosamente por Molina, que intentó hacer pasar la muerte por un accidente durante una práctica sexual, utilizando semen comprado a dos gigolós para despistar a la policía.
Sin embargo, una peluca con restos de ADN, búsquedas incriminatorias en su ordenador y documentación de la víctima encontrada en su domicilio facilitaron su detención. La criminóloga Paz Velasco destacó entonces que este caso supuso un punto de inflexión en la historia criminal española por el nivel de manipulación y planificación implicadas.
De vuelta en el punto de mira
Angie, que ya disfrutaba regularmente de permisos penitenciarios tras cumplir más de un tercio de su condena, vuelve ahora al foco mediático por esta presunta conspiración. De confirmarse estas acusaciones, se prolongaría significativamente su estancia en prisión, cerrando aún más las puertas a su reintegración social.
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