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Desde su irrupción en los tribunales, el ADN se ha considerado el "estándar de oro" de la ciencia forense, una herramienta casi infalible para identificar culpables y exonerar inocentes. Sin embargo, la realidad criminal es a menudo más desordenada que un laboratorio. Con frecuencia, las escenas del crimen no ofrecen muestras de ADN prístinas de un solo individuo, sino mezclas complejas con material genético de varias personas. Durante años, estas mezclas fueron el talón de Aquiles del análisis forense, generando resultados ambiguos que podían confundir a los jurados y, en el peor de los casos, contribuir a condenas injustas. Hoy, una revolución silenciosa llamada genotipificación probabilística está cambiando las reglas del juego, permitiendo a los científicos descifrar estos rompecabezas genéticos con una precisión asombrosa y reescribir historias de justicia, como la del texano Lydell Grant.
Cuando la escena del crimen es un caos genético

TrueAllele, el 'software' de análisis de ADN que condenó a Pablo Ibar
Una mezcla de ADN es una muestra forense que contiene material genético de dos o más individuos. Son extremadamente comunes y pueden aparecer en objetos manipulados por varias personas, en casos de agresiones múltiples o, como fue crucial en el caso de Lydell Grant, bajo las uñas de una víctima que luchó por su vida. La interpretación de estas mezclas es un desafío mayúsculo por varias razones. A medida que aumenta el número de contribuyentes, la complejidad del perfil genético crece exponencialmente. Además, las cantidades de ADN de cada persona suelen ser desiguales, lo que dificulta la detección de los "contribuyentes minoritarios".
"Antes, con una mezcla compleja, la conclusión era a menudo 'no se puede excluir'. Esta frase, aunque técnicamente correcta, podía ser interpretada por un jurado como una prueba de cargo, especialmente bajo la influencia del 'Efecto CSI'"
Factores como la degradación por el sol o la humedad pueden hacer que partes del perfil genético se pierdan (un fenómeno conocido como allele drop-out), mientras que la contaminación o artefactos técnicos pueden introducir picos de ADN fantasma (allele drop-in). Antes de los métodos modernos, los analistas se basaban en enfoques que implicaban una gran subjetividad. Debían establecer umbrales para decidir si un pico de ADN era "real" o simple ruido de fondo, una decisión que podía variar entre laboratorios e incluso entre analistas. Esto a menudo conducía a conclusiones ambiguas como "no se puede excluir", una frase que, aunque técnicamente correcta en su momento, podía ser interpretada por un jurado como una prueba de cargo, especialmente bajo la influencia del llamado "Efecto CSI", que presenta al ADN como infalible. Esta ambigüedad fue tan problemática que el Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología del Presidente de EE. UU. (PCAST) llegó a calificar el método estadístico tradicional (CPI) como "claramente no válido fundamentalmente" para analizar mezclas complejas.
La revolución probabilística que da certeza estadística

Mark Perlin, CEO of Cybergenetics and the creator of TrueAllele
La genotipificación probabilística (GP) supuso un cambio de paradigma. En lugar de aplicar umbrales rígidos y binarios, estos nuevos sistemas utilizan modelos matemáticos y algoritmos informáticos para analizar toda la información del perfil de ADN, incluidas las alturas de los picos. El software modela la incertidumbre, calculando las probabilidades de que se hayan producido fenómenos como el drop-out o el drop-in. Utilizando enfoques estadísticos avanzados, como el Teorema de Bayes y métodos de Monte Carlo basados en cadenas de Markov (MCMC), los programas de GP como TrueAllele® o STRmix™ pueden considerar miles de combinaciones de genotipos posibles para determinar cuáles explican mejor la mezcla de ADN observada. El resultado no es una simple inclusión o exclusión, sino un Cociente de Verosimilitud (LR, por sus siglas en inglés).
"La genotipificación probabilística no se limita a preguntar si un sospechoso 'podría' estar en la mezcla; calcula la probabilidad de que lo esté, transformando la incertidumbre en una cifra estadística poderosa"
El LR es una cifra que compara dos hipótesis: la probabilidad de haber obtenido esa mezcla de ADN si el sospechoso contribuyó a ella, frente a la probabilidad de haberla obtenido si los contribuyentes fueran individuos desconocidos y no relacionados. Un LR de 10.000, por ejemplo, significa que los datos son 10.000 veces más probables si el sospechoso es uno de los contribuyentes. Este enfoque reduce drásticamente la subjetividad y permite extraer información valiosa de muestras que antes se consideraban ininterpretables, aumentando la sensibilidad y la robustez del análisis.
Reescribiendo la justicia: El caso que lo cambió todo

ADN exonera a Lydell Grant, condenado por asesinato
"El caso de Lydell Grant es el ejemplo más elocuente: pasó casi una década en prisión hasta que un software de GP no solo lo excluyó, sino que reveló el perfil del verdadero asesino"
La historia de Lydell Grant es el ejemplo más elocuente del poder de esta tecnología. En 2012, Grant fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Aaron Scheerhorn en Houston, ocurrido en 2010. La condena se basó casi exclusivamente en la identificación de seis testigos presenciales. Bajo las uñas de Scheerhorn se encontró una compleja mezcla de ADN, pero la analista del juicio original testificó que "no podía excluir a Grant" como contribuyente, una declaración ambigua que la defensa no pudo rebatir eficazmente. Grant pasó casi una década en prisión proclamando su inocencia. En 2018, el Proyecto Inocencia de Texas retomó el caso. Enviaron los datos brutos de la mezcla de ADN a Cybergenetics para que fueran analizados con el software TrueAllele®. El resultado, entregado en marzo de 2019, fue demoledor y transformador: no solo se excluyó categóricamente a Lydell Grant como contribuyente, sino que el software fue capaz de generar un perfil genético completo del verdadero autor. A petición del Proyecto Inocencia, este nuevo perfil se introdujo en la base de datos nacional de ADN (CODIS) y arrojó una coincidencia: Jermarico Carter, un hombre con antecedentes que se encontraba en Houston en el momento del crimen. Confrontado por la policía, Carter confesó haber apuñalado a Scheerhorn. Lydell Grant fue finalmente exonerado en mayo de 2021, gracias a una tecnología que no existía en el momento de su juicio.
La caja negra en el banquillo

Los programas de genotipificación probabilística más destacados, como TrueAllele® y STRmix™, han sido validados extensamente y admitidos en numerosos tribunales de todo el mundo. Sin embargo, su uso no está exento de debate.
"La principal crítica a estos sistemas es la 'caja negra': sus algoritmos son propietarios y de código cerrado, lo que plantea un desafío a la transparencia y al derecho de la defensa a un escrutinio completo"
Una de las críticas más importantes es que la mayoría de estos programas son de "código cerrado" o propietarios. Esto significa que sus algoritmos internos no están disponibles para el escrutinio público, lo que crea un problema de "caja negra" que dificulta a los abogados defensores y a expertos independientes verificar completamente su funcionamiento. Los desarrolladores argumentan la necesidad de proteger la propiedad intelectual, pero los críticos sostienen que la transparencia es fundamental cuando la libertad de una persona está en juego. Además, la admisibilidad de esta evidencia en los tribunales se rige por estándares como el Daubert, que requiere que la técnica científica haya sido probada, publicada, tenga una tasa de error conocida y goce de aceptación general, un listón que los defensores de la GP argumentan que se ha cumplido, pero que sigue siendo objeto de batallas legales.
El futuro del ADN forense: Entre la promesa y la precaución

El impacto de la GP va más allá de corregir condenas injustas. Se ha convertido en una herramienta vital para reactivar "casos sin resolver". Evidencia biológica que durante décadas fue archivada por considerarse demasiado compleja o degradada, ahora puede ser reanalizada. La capacidad de extraer un perfil claro de una mezcla antigua y compararlo con las bases de datos de ADN está resolviendo crímenes que llevaban años estancados, brindando respuestas a las familias de las víctimas. Sin embargo, el futuro presenta sus propios desafíos. Uno de los más importantes es comunicar eficazmente el significado de un Cociente de Verosimilitud a un jurado lego, que puede sobrestimar o malinterpretar un número estadístico.
"La tecnología puede decirnos QUIÉN está en una mezcla de ADN, pero no necesariamente CÓMO o CUÁNDO llegó su ADN allí. Distinguir la presencia de la culpabilidad es el nuevo gran reto forense"
Otro reto crucial es la cuestión de la "transferencia de ADN". La GP puede decirnos quién está en una mezcla, pero no necesariamente cómo o cuándo llegó su ADN allí. A medida que la tecnología se vuelve más sensible, puede detectar cantidades ínfimas de ADN que podrían haber llegado a una escena del crimen por transferencia secundaria (por ejemplo, a través de un apretón de manos). Esto exige una mayor investigación y una comunicación cuidadosa en los tribunales para no confundir la presencia de ADN con la culpabilidad. La genotipificación probabilística no es una bola de cristal, pero es, sin duda, la herramienta más poderosa que ha tenido la ciencia forense para interpretar la compleja sinfonía del ADN humano, acercando el sistema de justicia a su objetivo final: condenar al culpable y, con igual importancia, proteger al inocente.
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