
¿Hasta dónde llega la responsabilidad de un profesor? El crimen que conmocionó Idaho y la inquietante sombra que proyecta sobre el mundo académico y la criminología.I. El Temor de la Profesora
En el mundo de la psicología forense, pocos nombres pesan tanto como el de la Dra. Katherine Ramsland. Profesora, autora de más de 68 libros, experta en la mente criminal y colaboradora en la autobiografía del asesino BTK, Ramsland había dedicado su carrera a comprender el mal. Sin embargo, en el verano de 2025, su nombre quedó ligado para siempre al horror que nunca pudo prever: uno de sus alumnos más brillantes, Bryan Kohberger, se había convertido en el protagonista de un crimen que heló la sangre a todo un país.
“Fue una traición profesional y personal devastadora. Jamás imaginé que el monstruo estudiaba en mis clases.”
En una entrevista exclusiva, Ramsland reconoció públicamente el miedo de que su aula, su temario, sus enseñanzas, hubieran inspirado al que sería recordado como “el asesino de Idaho”. La duda, punzante y dolorosa, cambió para siempre la relación entre academia y crimen.
II. Anatomía de una Pesadilla: Los Asesinatos de King Road
La noche del 13 de noviembre de 2022 no fue diferente a tantas otras en el pequeño pueblo universitario de Moscow, Idaho. Kaylee Goncalves y Madison Mogen, ambas de 21 años, terminaron la noche en un bar local y luego pararon en un food truck cerca de la 1:40 a.m. Xana Kernodle y su novio Ethan Chapin, ambos de 20 años, regresaron de una fiesta en la fraternidad Sigma Chi a la casa de King Road alrededor de la 1:45 a.m. La casa de alquiler de 1122 King Road era testigo de la rutina universitaria, de sueños y de juventud.
Pero el horror llegó entre las 4:00 y las 4:25 de la madrugada. Un intruso entró en la vivienda. Una de las dos compañeras de piso supervivientes, D.M., creyó oír a Kaylee decir “Hay alguien aquí”. Poco después, se escuchó llanto y una voz masculina: “Está bien. Voy a ayudarte”, seguido de un golpe seco. La autopsia revelaría que los estudiantes, en su mayoría, estaban dormidos cuando fueron apuñalados. Solo algunos presentaban heridas defensivas: lucharon por sus vidas hasta el final.
Xana, que había recibido un pedido de DoorDash sobre las 4:00, fue probablemente la última en cruzarse con el asesino. La escena no se descubrió hasta casi el mediodía siguiente, cuando una de las supervivientes alertó de una “persona inconsciente”. La brutalidad de la escena superó cualquier expectativa.
El Departamento de Policía de Moscow, que no había registrado un solo homicidio en cinco años, se vio sumido en la investigación más compleja de su historia. Sin sospechosos, sin arma, sin móvil claro, la sensación de terror fue absoluta: el asesino podía seguir suelto. El pánico se apoderó del campus y la ciudad quedó paralizada.
Durante días, la policía descartó sospechosos, indagó en las vidas de las víctimas y exploró la pista de un posible acosador de Kaylee, sin resultado. El caso dio un giro con un detalle crucial: las cámaras captaron un Hyundai Elantra blanco modelo 2011-2016 merodeando por la zona en las horas del crimen. La búsqueda del coche cambiaría el curso de la investigación.
III. El Arresto: Un Depredador Desenmascarado
La pista del Hyundai Elantra condujo hasta Pullman, Washington, apenas a 13 kilómetros, y la Universidad Estatal de Washington (WSU). Allí, el coche estaba registrado a nombre de Bryan Kohberger, un estudiante de 28 años, doctorando en criminología.
Las piezas encajaron con rapidez: los registros del teléfono de Kohberger lo situaban cerca de la casa de King Road en la madrugada del crimen, pero no solo esa noche. Había estado en la zona en al menos doce ocasiones previas, desde agosto de 2022. Durante el asesinato, el móvil estaba desconectado o en modo avión, un truco clásico para evitar la localización.
El arresto llegó al amanecer del 30 de diciembre de 2022, en casa de sus padres en Pensilvania. La noticia fue un shock, pero lo más inquietante fue la identidad del detenido: un experto académico en criminología, formado para entender —y teóricamente, combatir— la mente criminal.

IV. El Estudiante Brillante: Doble Vida, Doble Rostro
Kohberger era el arquetipo del estudiante modélico. Licenciado en Psicología, máster en Justicia Penal por la Universidad DeSales, había sido uno de los pocos alumnos recomendados para doctorado por sus profesores. En la WSU no solo estudiaba, también era ayudante de cátedra y mentor de otros estudiantes. Parecía un futuro referente en justicia penal.
Pero la investigación destapó su dualidad aterradora. Mientras asistía a clases y seminarios, mientras enseñaba, Kohberger vigilaba a sus futuras víctimas. El análisis de la fiscalía mostró que no eran fases separadas: su vida académica y su obsesión criminal avanzaban en paralelo.
En abril de 2022, aún en DeSales, publicó una encuesta en Reddit dirigida a ex convictos, interesándose por los pensamientos y sensaciones antes, durante y después de cometer delitos. Quería entender —o experimentar— la mente del criminal desde dentro. La vigilancia a King Road comenzó en verano de 2022, coincidiendo con sus clases y su actividad docente.
“Sus conocimientos académicos pueden haberle infundido un peligroso exceso de confianza. El ‘estudiante brillante’ no fue, como señaló un experto, un criminal muy bueno.”
Kohberger planeó el crimen con frialdad: compró un cuchillo KA-BAR, limpió meticulosamente su apartamento y su coche (que desmontó en busca de pruebas), cambió la matrícula para despistar, apagó su móvil, evitó cámaras. Pero cometió errores: dejó la funda del cuchillo con su ADN y fue visto por una de las supervivientes, que recordaba unas cejas muy pobladas. Su Hyundai Elantra fue grabado girando sin rumbo cerca de la casa.
V. La Profesora ante el Abismo: Ramsland y la Sombra de la Ética
La Dra. Ramsland no era una profesora cualquiera. Experta mundial, consultora de medios, autora, estudió y retrató la mente de criminales extremos. Fue coautora de la autobiografía del BTK y escribió manuales sobre autopsia psicológica, puesta en escena de crímenes, perfilado conductual y motivación criminal.
Kohberger estudió directamente con ella en DeSales. El plan de estudios incluía asignaturas como “Psicología Forense”, “Mentes Peligrosas: La Psicología del Comportamiento Antisocial”, “Criminología Conductual”, “Investigación Medicolegal de la Muerte”. Ramsland utilizaba como manual su propio libro, cuyo índice parecía el guion de una novela negra: autopsias psicológicas, puesta en escena, motivos del asesinato en serie, evaluación de amenazas.
“Fui completamente engañada por su aparente curiosidad académica. Fue como si el mal hubiese aprendido a hablar mi idioma.”
La conexión entre lo enseñado y lo perpetrado era tangible y aterradora. Ramsland tuvo que enfrentarse, en público y en privado, a la posibilidad de que su trabajo, su pasión, su saber, hubiera sido usado para destruir vidas.
VI. Justicia sin Respuestas, Familias Fracturadas
En julio de 2025, con el juicio a punto de comenzar, Kohberger aceptó un acuerdo de culpabilidad: cuatro cargos de asesinato, uno de robo, y la renuncia a cualquier apelación a cambio de evitar la pena de muerte. Recibió cuatro cadenas perpetuas consecutivas y diez años más por robo.
Para la fiscalía fue la única vía de asegurar condena y evitar años de sufrimiento en los tribunales. Pero el acuerdo fracturó a las familias. Para unos, el Estado les falló por no buscar la pena máxima ni la verdad completa. Para otros, el alivio de evitar el juicio y revivir el horror justificaba el pacto. La justicia legal se cerró; la emocional quedó en carne viva.
VII. El Eco en la Criminología: ¿Puede la Enseñanza ser Peligrosa?
El caso Kohberger cerró legalmente una historia, pero dejó abiertas heridas profundas en la criminología. ¿Es posible que la enseñanza sobre el mal pueda inspirar a un criminal? ¿Debe limitarse lo que se enseña en las aulas de criminología y psicología forense? ¿Cómo detectar a quien cruzará la línea?
Académicos defienden que la criminología explica el “por qué”, no el “cómo”, pero la realidad mostró que el conocimiento puede ser convertido en manual de instrucciones si cae en malas manos. La historia de Kohberger es, para muchos, una advertencia: la frontera entre estudiar el crimen y reproducirlo puede ser demasiado fina.
“La historia de Bryan Kohberger es un Frankenstein de la era moderna: el estudiante de lo monstruoso que se convierte en monstruo.”
Kohberger pasará el resto de su vida en prisión. Pero el eco de su historia resonará en las aulas, los libros y la ética de la enseñanza durante mucho tiempo.
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