CrimeTrueCrime | El Foro del Crimen
Un espacio participativo y especializado en True Crime. Aquí encontrarás información actualizada y noticias sobre casos de crímenes reales y compartir tu opinión y análisis. Te invitamos a registrarte para convertirte en un miembro de la comunidad de CrimeTrueCrime, el Foro del Crimen.

Crímenes de Navidad: cuando las fiestas se tiñen de tragedia

  • Iniciador del tema Iniciador del tema LECrim
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
  • Featured
1734956665564.jpeg

A lo largo de la historia, la Navidad ha sido una época vinculada a la paz y a la alegría. Sin embargo, algunos hechos atroces ocurridos durante estas fechas evidencian que la violencia no entiende de calendarios. A continuación se presentan varios casos reales en los que el espíritu navideño se vio teñido de tragedia.


Un crimen espeluznante en Almería

A finales de 2012, Jonathan Moya González conoció a Gema Cuerda mediante un sitio web de contactos. Al poco tiempo se trasladó a vivir con ella y la hija de esta, la bebé Míriam, en La Palma del Condado (Huelva). Pero tras unas semanas, Gema descubrió que le había mentido sobre su identidad y vida, por lo que lo echó de casa.

Lejos de aceptar el rechazo, Moya fingió buena voluntad y ofreció comprar un traje de bautizo para Míriam. Convenció a Gema para que viajara con la niña a Guadix (Granada), donde las recogió el 19 de diciembre. Condujo durante horas hasta llegar a Nacimiento (Almería). En ese punto, la madre exigió que las llevara de vuelta, pero él reaccionó con violencia: la ató, la agredió sexualmente y la abandonó en el campo.
Acto seguido, raptó a Míriam y se escondió en un cortijo familiar en Abrucena (Almería). Allí, entre el 24 y 25 de diciembre, la asesinó golpeándola repetidamente en la cabeza. Después, envolvió el cuerpo en film transparente y lo arrojó a una balsa cercana. Tras su detención, la Justicia española lo condenó a 23 años de prisión por el homicidio de la bebé y, posteriormente, a otros 7 años por la violación de Gema.


Doble asesinato en Vallecas

La noche del 24 al 25 de diciembre de 2004, en el barrio madrileño del Pozo del Tío Raimundo (Vallecas), dos hermanos gemelos, José María y Esteban López, fueron apuñalados mortalmente en el corazón. Ambos, albañiles de 47 años, eran queridos por sus vecinos. Según testigos, el detonante fue una discusión en un bar de la zona que escaló hasta la agresión fatal.

Las primeras pesquisas policiales apuntaron a un posible ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas local. Semanas después, la investigación se centró en Jeromo Serrano, alias “el Chote”, líder de un clan que controlaba buena parte de la venta de estupefacientes en la zona. Finalmente, Serrano fue condenado a 38 años de prisión tras admitir su implicación en el crimen. Sin embargo, se sospechó la participación de otros dos hombres, Joaquín Echevarría y Ricardo Serrano, que tardaron años en ser localizados. Sus procesos judiciales concluyeron de manera confusa, con sentencias que se anularon al no encontrarse pruebas concluyentes de su cooperación.

Pese a ello, la muerte de los gemelos impactó de lleno en la comunidad, que vio cómo una festividad tradicional se transformaba en un hecho luctuoso. El caso simbolizó, además, la desesperanza de muchas zonas de la periferia madrileña donde las luchas por el territorio y la falta de oportunidades pueden desembocar en episodios tan violentos.


Una cena navideña que terminó en tragedia en Vigo

En la madrugada del 26 de diciembre de 2016, Ana Enjamio, una joven de 25 años, fue encontrada muerta en el portal de su edificio en Vigo (provincia de Pontevedra). Horas antes, ella había asistido a la cena de Navidad de su empresa, una filial de Citroën. En esa reunión también se encontraba su exnovio, César Adrio, con quien había mantenido una breve relación meses atrás.

Ana había denunciado en su entorno que César la acosaba constantemente: la seguía en la calle, vigilaba sus movimientos y hasta habría instalado una aplicación para rastrear su teléfono. Cuando la joven regresó a casa tras la cena, Adrio la sorprendió en el portal y la apuñaló con una navaja de 11 centímetros, ocasionándole múltiples heridas que le provocaron la muerte.
El posterior juicio sacó a la luz la conducta obsesiva de Adrio, y el Tribunal Supremo ratificó en 2021 una condena de 29 años de prisión por acoso y asesinato. Esta tragedia evidenció nuevamente la vulnerabilidad de muchas mujeres que sufren violencia machista y la importancia de intervenir de forma temprana para evitar desenlaces fatales.


El Papá Noel homicida en Covina

El 24 de diciembre de 2008, la localidad de Covina (California, Estados Unidos) vivió uno de los episodios más espeluznantes de su historia. Bruce Jeffrey Pardo irrumpió en la vivienda de sus exsuegros, donde la familia de su exesposa, Sylvia Pardo, celebraba la Nochebuena. Vestido de Papá Noel, iba armado con una pistola y un lanzallamas de fabricación casera.
Disparó a quemarropa contra varios presentes, incluidos niños, y provocó un incendio que destruyó la casa en pocos minutos. El saldo fue de nueve personas asesinadas y varias heridas. Posteriormente, Pardo condujo hasta la casa de su hermano y se suicidó de un disparo.
La matanza, conocida como la Masacre de Covina, expuso la combinación letal de rencor familiar, acceso a armas de fuego y aprovechamiento de un disfraz que suele asociarse a la bondad. Estados Unidos se vio conmocionado por este crimen que, una vez más, ponía de manifiesto las tensiones y los conflictos que a veces laten debajo de la apariencia de las celebraciones navideñas.


La familia Lawson en Carolina del Norte

Otro caso que sacudió la conciencia colectiva tuvo lugar el 25 de diciembre de 1929 en Carolina del Norte (Estados Unidos). Charlie Lawson, un granjero que se dedicaba al cultivo de tabaco, mató a su esposa, Fannie, y a seis de sus siete hijos. El único superviviente fue Arthur, de 16 años, quien se había ausentado para comprar provisiones.
Los asesinatos se produjeron de manera consecutiva: primero las hijas pequeñas, seguidamente la esposa y luego el resto de los niños, algunos de ellos sorprendidos dentro de la casa. Lawson, por último, se suicidó. Lo más extraño es que, días antes, había llevado a la familia a la ciudad para que se compraran ropas nuevas y se hicieran un retrato grupal.
La tragedia fue tan impactante que la vivienda se convirtió en una especie de macabro atractivo turístico administrado por familiares lejanos. Con el paso de los años se han barajado teorías, desde problemas de salud mental hasta supuestos incestos, pero nada se ha confirmado fehacientemente.


El inexplicable asesinato de JonBenét Ramsey

La historia de JonBenét Ramsey, una niña de 6 años que participaba en concursos de belleza infantil, es uno de los sucesos navideños más mediáticos y misteriosos de las últimas décadas. La mañana del 26 de diciembre de 1996, su madre Patsy encontró una nota de rescate en la escalera de su casa en Boulder (Colorado, EE. UU.). La carta exigía 118.000 dólares a cambio de la liberación de la pequeña.
Aunque el mensaje ordenaba no avisar a la policía, Patsy llamó a las autoridades. Horas más tarde, su esposo John halló el cuerpo de JonBenét en el sótano: presentaba un golpe en la cabeza, las manos atadas y signos de estrangulamiento. La investigación inicial se centró en los padres, debido a ciertas conductas y declaraciones contradictorias, pero nunca se hallaron pruebas definitivas contra ellos.
El caso permanece sin resolver y ha sido fuente de teorías que apuntan a agresores externos, familiares e incluso un accidente encubierto. Con el paso de los años, la imagen de JonBenét Ramsey se ha convertido en un símbolo de la explotación mediática de la tragedia y de las lagunas en el sistema de investigación criminal.


Una acusación de brujería en Londres

En diciembre de 2010, Kristy Bamu, de 15 años, viajó desde Francia a Londres con sus hermanos menores para pasar la Navidad con su hermana Magalie Bamu y el novio de esta, Eric Bikubi. La pareja, obsesionada con la idea de la brujería, empezó a acusar a Kristy de haber “hechizado” a uno de los niños de la casa.
Durante tres días, lo sometieron a brutales torturas con barras de metal, martillos y otros objetos. Al final, quisieron “purificarlo” en el baño, pero Kristy, exhausto y lleno de heridas, no pudo resistir y se ahogó en la bañera. En el posterior juicio, el juez describió la muerte de Kristy como un acto de crueldad extrema, consecuencia de supersticiones injustificables. Magalie Bamu fue condenada a 25 años de prisión y Eric Bikubi a 30, subrayando la intolerancia de la ley británica frente a actos cometidos bajo creencias fanáticas.
 
Última edición:
Atrás
Arriba