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Cellebrite, conocida como la "joya de la corona" en el ámbito de la forensia digital, representa uno de los avances más significativos en la investigación de delitos que involucran dispositivos móviles. Esta herramienta ha demostrado ser capaz de superar barreras tecnológicas complejas, proporcionando a los investigadores acceso a datos críticos que de otra manera estarían fuera de su alcance. Su aplicación ha sido clave en casos emblemáticos como el de Diana Quer o los canteranos del Real Madrid, y más recientemente en la investigación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Pero el verdadero alcance de Cellebrite trasciende los titulares, convirtiéndola en un recurso esencial para la investigación moderna.El potencial de Cellebrite radica en su capacidad para recuperar datos eliminados de dispositivos móviles, accediendo a sistemas encriptados y proporcionando una vista completa de las actividades realizadas en un dispositivo. Esta herramienta es capaz de extraer información de aplicaciones como WhatsApp, Facebook e Instagram, además de registros de llamadas, mensajes de texto y archivos multimedia. Lo hace mediante técnicas avanzadas que incluyen extracciones lógicas, del sistema de archivos y físicas, permitiendo acceder incluso a datos que se consideraban irrecuperables. Su compatibilidad con una amplia gama de dispositivos, incluyendo los más recientes modelos de iPhone, la convierte en una solución versátil y poderosa.
Un ejemplo claro de su eficacia es el caso de Diana Quer. El dispositivo de la víctima, un iPhone que estuvo sumergido en agua durante meses, fue desbloqueado gracias a Cellebrite. Este logro permitió a los investigadores acceder a mensajes y registros clave que resultaron fundamentales para resolver el caso. En el caso de los canteranos del Real Madrid, la herramienta permitió recuperar comunicaciones eliminadas que ayudaron a clarificar las denuncias. Y en el caso más reciente del fiscal general Álvaro García Ortiz, donde se investiga la supuesta revelación de secretos, Cellebrite se ha posicionado nuevamente como una herramienta esencial. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil confía en sus capacidades para recuperar mensajes y llamadas relacionadas con los días clave de la presunta filtración.
Sin embargo, el uso de Cellebrite no está exento de retos. La privacidad y el manejo ético de los datos son temas críticos que rodean su aplicación. Si bien la herramienta permite acceder a datos altamente sensibles, es fundamental que su uso esté regulado por estrictos marcos legales y éticos. Garantizar la cadena de custodia, documentar cada paso del proceso y operar dentro de los límites legales es esencial para preservar la validez de la evidencia obtenida. La tecnología también plantea preguntas sobre el equilibrio entre la seguridad pública y los derechos individuales, especialmente en un contexto donde el acceso a dispositivos encriptados se convierte en una necesidad para las investigaciones.
Más allá de las preocupaciones legales, el aspecto tecnológico también es un desafío. Los dispositivos modernos cuentan con medidas avanzadas de seguridad, como cifrados AES y RSA, diseñadas para proteger los datos de accesos no autorizados. Cellebrite ha demostrado ser capaz de superar muchas de estas barreras, pero la complejidad de los sistemas modernos significa que el trabajo forense a menudo requiere paciencia, experiencia y un enfoque altamente técnico. Además, la herramienta permite generar informes detallados que no solo organizan los datos extraídos, sino que también los presentan de manera visual, facilitando la comprensión de patrones y cronologías.
El papel de Cellebrite no se limita a la recuperación de datos en dispositivos físicos. Las tarjetas SIM también son una fuente rica de información, y Cellebrite es capaz de extraer datos como el ICCID, IMSI y registros de llamadas y mensajes. Esto incluye la capacidad de analizar cambios en los datos tras la portabilidad del número móvil, lo que resulta útil en investigaciones que involucran actividades sospechosas. En el caso de dispositivos desaparecidos o dañados, como en el caso de Diana Quer, estas capacidades pueden marcar la diferencia entre una investigación exitosa y una sin resolver.
El futuro de Cellebrite apunta hacia la integración de inteligencia artificial y aprendizaje automático para mejorar aún más sus capacidades. Estas tecnologías podrían automatizar el análisis de grandes volúmenes de datos, identificando patrones y relaciones que serían imposibles de detectar manualmente. Además, la colaboración con herramientas de terceros podría ampliar su alcance, permitiendo su aplicación en áreas como el análisis de drones y otros dispositivos IoT.
Cellebrite representa una revolución en la forma en que se aborda la forensia digital. Su capacidad para recuperar datos eliminados, acceder a sistemas encriptados y proporcionar análisis detallados la convierte en una herramienta indispensable para las fuerzas de seguridad. Sin embargo, su uso debe estar guiado por principios legales y éticos para garantizar que el avance tecnológico no comprometa los derechos fundamentales. En un mundo cada vez más digitalizado, Cellebrite sigue demostrando su relevancia como una herramienta esencial para la investigación moderna, capaz de iluminar incluso los rincones más oscuros de la información digital.
La UCO utilizará su «joya de la corona» para recuperar los mensajes de García Ortiz
El Supremo pide a los agentes que aclaren qué formas hay de acceder a los wasaps del fiscal general de los días en que se fraguó la presunta filtración
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