Trece años después de que un hombre fuera asesinado en Masontown, Pensilvania, la policía por fin imputó cargos al presunto asesino.
En agosto de 2011, Leon Mickens (35 años) recibió un disparo mortal, pero hasta la fecha no se había acusado a nadie de su asesinato. Según el fiscal de distrito del condado de Fayette, Mike Aubele, lograron detener al sospechoso Frank Timothy Campbell Jr. (38 años) más de una década después gracias a un cigarrillo “impoluto” encontrado en la escena del crimen.
El cigarrillo fue descubierto “a unos centímetros de la salpicadura de sangre inicial”, informó el fiscal al Herald-Standard.
Los registros judiciales muestran que el responsable se enfrenta a cargos penales por homicidio, agresión con agravantes, agresión simple y poner en peligro a otra persona de manera imprudente.
Aubele anunció la resolución del caso el 3 de julio y explicó que la detención se logró gracias a la identificación de un testigo y las pruebas de ADN.
Prueba de ADN en cigarrillo cierra un asesinato sin resolver en Pensilvania
“Mi familia es muy afortunada de que por fin haya llegado este día”, afirmó la hija de la víctima tras conocerse los cargos
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