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«Hay un psicópata más cerca de lo que crees»

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Entrevista con Vicente Garrido, criminólogo y autor de El psicópata integrado. Se aborda el perfil de los psicópatas que no cometen crímenes atroces, pero que se esconden en la vida cotidiana. Garrido explica que estos "psicópatas integrados" no son identificados ni como criminales ni como personas peligrosas, pero su comportamiento está centrado en el control y la explotación de los demás. Aunque no cruzan los límites legales, su presencia puede generar mucha infelicidad en su entorno personal y profesional.

Garrido señala que el 1% de la población española, unas 465.000 personas, podría tener este perfil. Aunque no siempre tienen un impacto masivo, aquellos que ocupan posiciones de poder en política o grandes empresas pueden ser particularmente peligrosos. Además, explica que el psicópata no tiene empatía emocional, aunque sí puede tener empatía cognitiva, lo que le permite manipular a otros de manera efectiva.

En cuanto a las relaciones personales, un psicópata puede mantenerlas si le son útiles, pero los afectos que muestra no son reales. Garrido también comenta que las redes sociales han amplificado la capacidad de manipulación de estas personas, permitiéndoles explotar las vulnerabilidades de los demás.

El experto aclara que, a pesar de su impacto, los psicópatas no son más inteligentes que el promedio, pero logran sus objetivos porque insisten muchas veces. También advierte que no existen tratamientos eficaces para los psicópatas integrados y que estos suelen pasar desapercibidos o sin diagnóstico a lo largo de sus vidas.

Finalmente, señala que es importante no etiquetar a los niños como psicópatas, ya que la personalidad psicopática no se consolida hasta los 20 años. Sin embargo, en algunos jóvenes con comportamientos preocupantes, hay intervenciones que pueden prevenir el desarrollo completo de la psicopatía.

 
En ciertos foros, y no me refiero específicamente a éste, el porcentaje de psicópatas manipuladores con delirios de grandeza ha de rondar el 30% y eso tirando por lo bajo...

Por si a alguien le interesa, en internet es fácil encontrar un puñado de PDF que hablan sobre los rasgos de personalidad de la triada oscura (narcisistas, maquiavélicos y sádicos) y cómo éstas personas interactúan con quienes los tienen que aguantar en la vida real.
 
En ciertos foros, y no me refiero específicamente a éste, el porcentaje de psicópatas manipuladores con delirios de grandeza ha de rondar el 30% y eso tirando por lo bajo...

Por si a alguien le interesa, en internet es fácil encontrar un puñado de PDF que hablan sobre los rasgos de personalidad de la triada oscura (narcisistas, maquiavélicos y sádicos) y cómo éstas personas interactúan con quienes los tienen que aguantar en la vida real.
Yo creo que todos deberíamos escuchar a Garrido con atención. En un profesión muy fácil de entender y que enseña casi que a cada frase.
 
El 1% Oculto: Cómo los Psicópatas Se Infiltran en Tu Vida y Están Tomando el Control del Mundo

Desde los inicios de la humanidad, ha existido la figura del individuo que, sin recurrir a una violencia física extrema, encarna el mal en la sociedad. No es necesario que estas personas cometan actos abiertamente violentos o que estén identificadas en cárceles o bajo diagnósticos psiquiátricos. Los psicópatas viven entre nosotros, a menudo ocultos detrás de fachadas de personas ordinarias: nuestros compañeros de trabajo, vecinos, líderes políticos e incluso personas cercanas. Este tipo de individuos se especializan en el engaño, la manipulación y la falta de remordimiento, lo que los convierte en responsables silenciosos de gran parte del sufrimiento social.

El criminólogo Vicente Garrido, en su libro El psicópata integrado, estima que alrededor del 1% de la población española, unas 468,000 personas, presenta rasgos psicopáticos. Sandra Farrera, psicóloga clínica, eleva esta cifra al doble. El peligro de estos individuos no reside tanto en actos criminales visibles, sino en su capacidad para infiltrarse y manipular. Su objetivo: el control y el poder, a menudo a expensas del bienestar de quienes les rodean.

Características del psicópata integrado

Los psicópatas carecen de emociones positivas como la empatía o la compasión, lo que les permite actuar sin el lastre moral que limita a otros. Según Garrido, son expertos en detectar y explotar la vulnerabilidad ajena, y aunque algunos recurren a la violencia física, la mayoría usa tácticas más sutiles como el acoso y la manipulación. Su éxito se basa en su capacidad para proyectar una imagen encantadora, lo que les permite ganarse la confianza de quienes les rodean y escalar en ámbitos de poder.

Este perfil encaja tanto en el mundo corporativo como en la política. Garrido señala que, mientras el 1% de la población general puede ser psicópata, este porcentaje asciende al 13% en el ámbito empresarial y político. Personajes como Bernie Madoff o Sam Bankman-Fried son ejemplos recientes de cómo los psicópatas pueden aprovecharse de sistemas que premian la ambición desmedida y el engaño. En estos ambientes, los psicópatas encuentran un terreno fértil para ejercer su poder sin ser detectados fácilmente.

Psicopatía y sociedad

La falta de empatía y remordimiento en los psicópatas, combinada con su capacidad para manipular a otros, los hace peligrosos. Sin embargo, lo que realmente preocupa es cómo la sociedad, en ciertos contextos, parece recompensar este tipo de comportamientos. Garrido sugiere que el sistema económico actual fomenta estos perfiles, especialmente en ambientes corporativos y políticos, donde la capacidad para tomar decisiones sin vacilar puede ser vista como un signo de liderazgo.

En política, Garrido y otros expertos han señalado que ciertos líderes muestran claros rasgos psicopáticos. El sistema democrático, con su estructura basada en el conflicto y la competición, es atractivo para estos individuos. De hecho, figuras históricas como Hitler o Stalin se ajustan al perfil de un líder psicópata, aunque sin llegar a extremos tan evidentes, personajes contemporáneos como Trump o Putin también han sido señalados como ejemplos de psicopatía política.

El lado oscuro de la psicopatía en la cultura contemporánea

Autores como Patric Gagne, que han hecho de su psicopatía una historia de éxito editorial, también muestran cómo estas personas pueden no solo sobrevivir, sino prosperar en la sociedad moderna. La falta de empatía y la superficialidad emocional son elementos que, lejos de aislarlos, los capacitan para desenvolverse con facilidad en sectores como la industria musical o el entretenimiento, donde el carisma y la ambición son altamente valorados.

Además, la tecnología y las redes sociales han amplificado las oportunidades para que los psicópatas integrados encuentren espacios en los que manipular y controlar a otros. Psicólogos como Robert Hare advierten que la única manera efectiva de lidiar con un psicópata es alejarse, pero en la era digital, la omnipresencia de estos individuos y la validación social que buscan y encuentran en redes hace que su influencia sea aún más peligrosa.

Los psicópatas no son monstruos evidentes ni villanos de película. Son personas perfectamente adaptadas a las exigencias de la sociedad moderna, especialmente en ambientes donde el poder, el control y la falta de escrúpulos son recompensados. Como advierte Garrido, reconocer a estos individuos a tiempo puede ser clave para reducir el daño que causan, aunque, en muchos casos, es demasiado tarde cuando sus verdaderas intenciones salen a la luz. Con el tiempo, si las dinámicas sociales y económicas actuales continúan, es posible que más psicópatas encuentren un nicho en el que prosperar, incrementando así el sufrimiento colectivo.

 
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